Este artículo se publicó hace 16 años.
Putin y Merkel, grandes ausentes en la cumbre de países de la cuenca del Báltico
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, son los grandes ausentes en la VII cumbre de jefes de Gobierno de los países de la cuenca del Báltico que comienza hoy en la capital de Letonia.
Ambos mandatarios adujeron problemas de agenda a la hora de rechazar las invitaciones, aunque la prensa local considera que la ausencia de Putin es la respuesta de Moscú a la política de Riga tanto en el seno de la Unión Europea (UE) como de la OTAN.
Rusia será representada en Riga por el viceprimer ministro primero, Ígor Shuválov, el número dos del Gobierno ruso; mientras que Berlín enviará al viceministro alemán para Europa, Günter Gloser, según la agencia oficial rusa Itar-Tass.
Los que sí han confirmado su presencia son los jefes de Gobierno de los otros nueve miembros del Consejo de Estados de la Cuenca del Báltico (CECB), organización fundada en 1992 y que actualmente integra a Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, Lituania, Letonia, Estonia, Alemania, Polonia, Rusia e Islandia.
La UE estará representada por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que hablará durante su intervención sobre la puesta en práctica de la estrategia de Lisboa.
También han confirmado su presencia representantes de los países observadores (EEUU, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda y Ucrania).
Además de la cumbre, que se prolongará durante dos días, Riga también acogerá la primera conferencia internacional de países del Báltico en la que tomarán parte medio millar de altos funcionarios, directivos y hombres de negocios de Europa, EEUU y China, entre otros.
El principal punto de la agenda será la cooperación energética en la cuenca del mar Báltico, en particular, la seguridad de los suministros y la protección del medio ambiente.
En ese terreno los puntos de vista difieren radicalmente entre Rusia y las tres repúblicas bálticas ex soviéticas (Estonia, Letonia y Lituania) y Polonia.
Rusia comenzó hace tres años a tender bajo las aguas del Báltico el Gasoducto de Europa del Norte (NEGP), considerado el mayor del continente y que debería comenzar a bombear gas a partir de 2010.
El proyecto cuenta con el respaldo del ex canciller alemán Gerhardt Schroeder, que es presidente del Consejo de Dirección de la compañía operadora del NEGP.
En cambio, las repúblicas bálticas ex soviéticas y Polonia han pedido a la Comisión Europea que presione para cambiar el trazado del NEGP, con el fin de que éste transcurra por tierra y no por el fondo del mar.
El lecho marino del mar Báltico acoge desde la II Guerra Mundial un gran número de armas químicas que, en caso de explotar, podrían causar una catástrofe ecológica de consecuencias irreversibles para la región, aducen.
El NEGP permitiría a Rusia suministrar gas directamente a Europa sin depender para el tránsito de países como Ucrania, Polonia, Letonia, Lituania y Estonia, con los que Moscú mantiene relaciones tirantes.
Al respecto, también está prevista la presencia del comisario de Energía de la UE, Andris Piebalgs, que en el pasado ha abogado por una política comunitaria que garantice la independencia de los hidrocarburos rusos.
Durante la cumbre también se tratará la estrategia comunitaria para la región del Báltico que la UE quiere poner en marcha en el verano de 2009.
Según los expertos, la reunión de Riga servirá de prólogo para la esperada cumbre UE-Rusia que tendrá lugar a finales de mes en Siberia y en la que ambas partes esperan iniciar las negociaciones para la firma de un nuevo acuerdo marco.
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