Este artículo se publicó hace 14 años.
El presidente exige al PP que deje de "minar la confianza en España"
González dice que a la derecha "le da igual que se hunda el país con tal de hundir a Zapatero"
Gonzalo López Alba
En el escenario donde la víspera Shakira colgó el cartel de no hay billetes interpretando éxitos como Si te vas, los socialistas catalanes tuvieron que echar ayer el resto para no pinchar ante el desafío que se autoimpusieron de celebrar el acto central de su campaña en el emblemático Palau San Jordi. Movilizaron 400 autobuses y, a pesar de algunas visibles calvas de cemento, conjuraron sustancialmente el riesgo. Hasta 20.000 personas, según los organizadores, aunque no tantas como en 2008, en la campaña de las generales.
En torno a la candidatura de José Montilla se reunieron Felipe González, el líder socialista que embridó al PSC para dar prioridad a la conllevanza con la CiU de Jordi Pujol, y José Luis Rodríguez Zapatero, que ganó las elecciones un año después de que Pasqual Maragall se convirtiera en president con el ensayo original del Tripartito. Y también "la mejor ministra de Defensa", Carme Chacón, que en su primera aparición en la campaña catalana cargó contra CiU y PP por el flanco de la corrupción: "Aquí roban los de la Gürtel y Millet, y no se nos olvidará. Como no se nos olvidará que estos acaban siempre juntos". Pero no fue ese el hilo principal.
Dos modelos ante la crisisCon las encuestas pronosticando que la abstención puede ser la respuesta de la mitad del electorado, especialmente del socialista, el esfuerzo se orientó a sacar a los votantes de su apatía. Empezó Felipe González, haciendo hincapié en que el momento es "crucial" porque la crisis "no tiene la misma salida" por la izquierda o por la derecha. Siguió el president Montilla, llamando a "levantar un muro de votos contra el tsunami conservador que recorre Europa". Y cerró Zapatero, exigiendo al PP que sea "un poco patriota" y deje de "minar la confianza" en España como país, actitud ante la que expresó abiertamente su irritación: "¡Eso es lo que no le perdono a la derecha de este país!".
El presidente sostuvo que generar confianza para hacer frente a los ataques especulativos contra la economía española "es una tarea de todos, no sólo del Gobierno, sino también de los partidos de la oposición". "Si quieren a España, que defiendan la confianza en España y en su futuro", clamó.
Minutos antes había echado su cuarto a espadas Felipe González, el orador que habló durante más tiempo. "Les da igual que se hunda España con tal de que se hunda Zapatero. Conozco esa canción, ¡vaya si la conozco! Cuantos años he aguantado ¡váyase, señor González!". El ex presidente sostuvo que no es lo mismo "un plan de ajuste de un Gobierno progresista que el de un Gobierno conservador, a pesar de ese carácter de traición a los intereses de todos, también a los suyos, que suponen las declaraciones de los portavoces de la derecha". Y, según alegó él mismo, desde la libertad que le da no gobernar, reclamó a la Unión Europea que gobierne "económicamente, no sólo monetariamente".
Por el camino de los dos modelos se adentró Zapatero, quien reivindicó la existencia de "una salida progresista a la crisis". Con la referencia del plan de ajuste en Irlanda, pero también en Reino Unido, subrayó que, ante la crisis, "los gobiernos de la derecha recortan los gastos de protección a los desempleados y nosotros los hemos aumentado; nosotros hemos recortado el sueldo a los empleados públicos y los gobiernos de la derecha los despiden; los gobiernos de la derecha suben las tasas universitarias y nosotros incrementamos la becas".
De la economía al fútbolEn su cortejo electoral, Zapatero no tuvo reparo en afirmar que, mientras el PP busca modelos en el exterior, "nosotros tenemos el modelo de Catalunya". Y, llegados aquí, no dudó en meter en el mismo saco de la derecha al PP y al candidato de CiU, Artur Mas. Así, pronosticó que, si gobierna, se "desmantelará" el Estado del bienestar en Catalunya.
En la búsqueda de la complicidad electoral, Zapatero no sólo reivindicó su contribución al mayor autogobierno de Catalunya o el firme rechazo de los socialistas a cualquier actitud de xenofobia. Hasta recordó que es hincha del Barça. "El domingo hay un partido y yo quiero ganarlo. El lunes hay otro [Barcelona-Real Madrid] y ya sabéis quién quiero que sea el mejor...".
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