Este artículo se publicó hace 13 años.
Portugal pide el rescate de la UE por la presión de los mercados
La amenaza de la banca lusa a no financiar más al Estado precipita el cambio de posición del Gobierno
A última hora de ayer, el primer ministro dimisionario de Portugal, José Sócrates, solicitó formalmente la ayuda financiera de la Unión Europea para su país. Después de semanas de continuas y contundentes negaciones, Sócrates cede así a la presión de los mercados, las agencias de rating y, sobre todo, de los propios bancos lusos, que el lunes ya advirtieron que su capacidad de seguir comprando deuda pública estaba al límite.
"He tratado de hacer todo lo posible por evitar esta situación, pero ha llegado un momento en el que no tomar esta decisión supondría riesgos que el país no debe asumir.", aseguró Sócrates en una intervención televisiva. También reconoció el mandatario que el resultado de la subasta de letras que ayer celebró el Tesoro luso, en la que los intereses de la deuda a corto plazo superaron el 5,1%, "son una señal inequívoca de que el Estado portugués no puede acceder en condiciones de normalidad a la financiación de los mercados".
Bruselas califica de "responsable" la decisión anunciada por Sócrates
La oposición lusa, que hasta ahora había bloqueado los planes del Gobierno para solucionar los problemas financieros, lo que forzó la renuncia de Sócrates, anunció ayer su apoyo a la decisión. Con esta decisión, Portugal se convierte en el tercer país de la Unión Europea que necesita ayuda financiera.
En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmó ayer que responderá a la petición portuguesa "lo más rápidamente posible". El comisario de Economía, Olli Rehn, calificó la decisión como "una actitud de responsabilidad". Por su parte, el Fondo Monetario Internacional aseguró que, aunque no ha recibido ninguna petición formal, también está dispuesto a acudir con urgencia a las necesidades portuguesas.
La Comisión Europea aseguró por medio de un portavoz "no descartar" la concesión de préstamos bilaterales rápidos a Portugal. La solución podría conciliar la rigidez del fondo actual, que sólo permite un rescate de gran calado a cuyas exigencias no se puede comprometer el Gobierno dimisionario, informa Daniel Basteiro.
Portugal prefiere un préstamo a corto plazo que un rescate formal
Los ministros de Economía de la zona del euro tratarán la situación de Portugal en una reunión que se celebrará mañana en Budapest. Lo que no está claro todavía es la fórmula en la que Portugal será ayudado. Desde círculos financieros portugueses se apuesta, en cambio, por reclamar un crédito a corto plazo a la UE y el FMI que solucione los problemas de financiación hasta junio (debe hacer frente al vencimiento de los más de 9.000 millones euros de deuda), cuando un nuevo Gobierno podrá negociar con las instituciones internacionales con la legitimidad de las urnas.
La confirmación política llega después de una jornada de euforia en los mercados financieros que se comportaron ayer como si conocieran la noticia de antemano. Lo que desde luego había trascendido eran las presiones que los propios bancos lusos habían hecho al poder político. "Cuando se disiparon las dudas sobre si era o no legalmente viable la posibilidad de ejecutar un préstamo puente que ayude a salvar los compromisos financieros del país a corto plazo", explicaban ayer expertos en mercado de renta fija europeo.
España es uno de los países más directamente afectados por las dificultades financieras lusas. La exposición de la banca española a la deuda portuguesa, tanto pública como privada, asciende a 74.000 millones de euros.
La aprobación del mercado a esta posible solución de urgencia tuvo su reflejo en la emisión que realizó ayer el Tesoro portugués. Se colocaron los 1.000 millones previstos, con una aceptable demanda, pero con la escalada comentada del tipo de interés. La lectura adelantada de lo que iba a ocurrir en el plano político fue inmediata en el mercado secundario de deuda. El diferencial entre el bono luso a diez años y el alemán bajó 27 puntos, hasta 510 puntos básicos y la rentabilidad cayó hasta los 8,5%, desde el 8,7%.
Cae el riesgo EspañaEl efecto positivo se contagió al bono español que bajó hasta los 180 puntos básicos, por primera vez desde noviembre. También la Bolsa reflejó el alivió por cercanía del rescate y los valores financieros lideraron las subidas, de 0,31% para la Bolsa portuguesa y del 1,56% de la española que en los últimos meses parece haberse desligado del acoso financiero que sufre el resto de países de la periferia del euro.
Los precedentesGrecia: 110.000 millones
Grecia fue el primer país que necesitó el apoyo de sus colegas de la UE. El Gobierno heleno reconoció que había mentido con sus cifras de déficit público, y desató la inestabilidad en los mercados, que comenzaron a poner en duda al euro. En mayo de 2010, después de varios meses de acoso de los especuladores, y después de que Alemania diera su brazo a torcer, Atenas pidió la ayuda financiera de la UE. A cambio de un severo ajuste, recibió 110.000 millones de los países de la UE y del FMI. Pero el país sigue sin levantar cabeza.
Irlanda: 85.000 millones
Los números rojos provocados en sus cuentas públicas por la crisis de sus principales bancos provocó que Irlanda tuviera que recurrir en noviembre pasado al fondo de rescate creado por la UE tras la crisis griega. Recibió 85.000 millones. Recientemente se ha conocido que el agujero del sistema financiero irlandés es bastante mayor del inicialmente estimado, y los mercados barajan que, antes o después, será necesario una reestructuración de la deuda irlandesa, que supondrá que los inversores pierdan parte de su dinero.
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