Este artículo se publicó hace 14 años.
Pepe Reina cierra la fiesta con un monólogo inolvidable
Pepe Reina puso el broche de oro a las celebraciones de la selección española en las calles de Madrid, con una presentación de sus compañeros de equipo y un sincero agradecimiento al público en el escenario preparado para la ocasión en la explanada del Puente del Rey.
"Os queremos la ostia y queremos daros las gracias porque vuestra fuerza nos ha llegado", dijo Reina a las miles de personas, entre las que estaba la infanta Elena, que aguardaron las más tres horas que el equipo tardó en completar el recorrido por la capital.
Entre gritos del público de "yo soy español" y "oé, oé, oé", los internacionales accedieron al escenario ataviados con banderas de España y de sus comunidades de origen, rociando botellas de cerveza y dispuestos a sumarse a la fiesta que animaba el presentador Carlos Latre y en la que Pepe Reina protagonizó un monólogo inolvidable.
"Albiol se mata por un pin. Piqué el central del mundo. Marchena. Puyol, tarzán de África. Sweet Iniesta. El 7, el gol de España tiene un nombre David Villa. El 8, la batuta, por aquí, por allá, Xavi Hernández. Todo empezó hace dos años y 13 días marcando el gol a Alemania, nos hizo creer y por eso hemos ganado el Mundial, Fernando Torres", gritó.
Maestro de ceremonias desde la Eurocopa 2008, Reina continuó con las presentaciones aludiendo a Iker, "el santo de Móstoles", a Marchena, y mientras trataba de contar que a Fábregas "no le gusta que le llamen empanaó" Gerard Piqué puso por sorpresa a Cesc una camiseta del Barcelona.
"Es el futuro del Barça", dijo Reina antes de definir a Capdevila como "el incombustible y feo de cojones", a Víctor Valdés como "la pantera de Hospitalet", a Juan Mata como "el amigo del amago" y a Xabi Alonso "el pulmón, con heridas de guerra por su país, por España".
"El indio de Camas, Sergio Ramos, un poco nervioso a la hora de centrar como dice el mister, Busquets el quitanieves, el de los tentáculos, el que da, quita roba y hace jugar. Arbeloa, que le llamamos el espartano, Pedrito, auténtico e inigualable, que va a su cama y en su cama corre, Llorente, el camión de la roja, Javi Martínez, el que roba más balones", prosiguió.
Reina elogió "el arte y el amago" de David Silva, bromeó con Jesús Navas, a quien definió como "el pajarillo loco y el nervio de la selección", antes de calificarse a sí mismo como "un humilde speaker, con un dolor de cabeza que no puedo conmigo, que está aquí de corazón".
"La bondad en persona, el hombre correcto, el míster que nos ha traído hasta aquí, que nos ha hecho ganar la amarilla, la que todos queríamos, don Vicente del Bosque", añadió Reina tras pedir un aplauso de reconocimiento para todos los integrantes del equipo, médicos, fisioterapeutas, utileros, delegados, cocineros y policía nacional.
Antes de la actuación de Reina, Iker reconoció que España "ha conseguido un sueño que tenían desde que eran muy pequeños", Iniesta bromeó con un pulpo azulgrana en la mano y dijo que gracias a él habían sido campeones del mundo y Villa gritó "Viva el fútbol, somos los mejores".
"No sólo es ganar sino como se gana. Ellos han sido un ejemplo para todos vosotros. Gracias por el apoyo y la energía que nos habéis mandado a Sudáfrica. Vosotros sois campeones del mundo que también suena muy bien", remató Del Bosque.
La puesta en escena de la gran fiesta de celebración continuó con la actuación de David Bisbal. El cantante almeriense animó a los 23 internacionales con el himno oficial del Mundial de Sudáfrica, mientras decenas de miles de personas disfrutaron a orillas del río Manzanares.
Vestidos de rojo, padres, madres e hijos, que aguantaron estoicamente el calor sofocante que hizo hoy en Madrid, disfrutaron de la voz de Bisbal, que hizo colaborar en su canción oficial a Sergio Ramos, a Pepe Reina, que afónicos, animaron al público, con la complicidad de Carlos Latre.
El festival de risas, emociones y folclore continuó con la aparición de Manolo Escobar que cantó su famoso 'Que Viva España', abrazado a Iker Casillas.
La fiesta acabó con un castillo de fuegos artificiales, mientras Andrés Iniesta, el héroe de Johannesburgo, era manteado por sus compañeros, a modo de despedida, al son del "We're the champions" de Queen.
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