Este artículo se publicó hace 15 años.
Una película aborda un oscuro capítulo de la historia turca
Los amigos de Mihail Vasiliadis le advirtieron de que dejara su trabajo temprano y se fuera a su casa con su familia el 6 de septiembre de 1955.
En pocas horas, por todo Estambul hubo grupos atacando cientos de negocios, iglesias y hogares en un atentado contra la comunidad griega que finalmente hizo que miles de ellos abandonaran Turquía.
"Fue el shock de nuestras vidas, pero algo sobre lo que no se habló durante 50 años", afirmó Vasiliadis, que tenía 15 años en ese momento y ahora es uno de los 2.800 griegos que quedan en Estambul.
Ahora trabaja como editor de Apoyevmatimi, el último periódico de la capital turca en griego.
Una película titulada "Guz Sancisi" ("El dolor de Otoño") cuenta la historia de esa noche hace más de medio siglo, y es la primera vez que un filme turco aborda los acontecimientos que los griegos de Estambul llaman la "Noche de los cristales rotos".
La ficticia historia de amor entre Behcet y Elena, un hombre turco y una mujer griega, tiene como marco la tensión que culminó en la destrucción de 5.300 negocios y propiedades de griegos, armenios y judíos.
Más de 500.000 personas han visto la película desde su estreno en enero, según su distribuidora Ozen Film.
Los programas de entrevistas por televisión y los periódicos han cubierto el filme y el debate de los hechos en los que está basado.
Sus realizadores dicen que el debate público es el resultado de una leve mejora de la libertad de expresión, que acompaña la campaña de Turquía por cumplir con los estándares para su ingreso a la Unión Europea.
"Esta película no podría haberse hecho hace 10 años", dijo Etyen Mahcupyan, que escribió el guión y es el editor del periódico de la comunidad armenia, Agos.
"Aunque las leyes sobre los libros todavía limitan la libertad de expresión, la realidad es que cada vez hay menos cosas que no pueden ser criticadas", agregó.
FOTOGRAFIAS DESTRUIDAS
Hace poco, en 2005, unos manifestantes irrumpieron en una galería de Estambul y destruyeron fotografías expuestas de la investigación de un fiscal sobre los eventos de 1955.
"Hasta ahora, hemos recurrido al silencio o hemos gritado para bloquear el pasado. Es un gran cambio que estemos usando el arte para examinarlo", dijo Murat Belge, profesor de la Universidad Bilgi y columnista, que fue procesado en 2006 por criticar la forma en que Turquía trata a las minorías.
Durante aquella noche, miles de manifestantes se congregaron en el centro de Estambul, incitados por informes de que los griegos en Tesalónica habían bombardeado la casa de infancia de Mustafa Kemal Ataturk, el fundador de la Turquía moderna.
Luego se supo que los informes eran falsos.
En ese momento, existía una fuerte tensión entre Turquía y su histórico rival, Grecia, por el dominio sobre Chipre.
La policía y los soldados no hicieron nada cuando la protesta se tornó violenta.
Los manifestantes profanaron cementerios, saquearon iglesias y causaron la muerte de aproximadamente una decena de personas, relató Dilek Guven, historiadora y autora de un libro sobre el tema. Cientos de mujeres fueron violadas, señaló.
Se estimó que los destrozos habían ascendido a 40 millones de dólares (unos 32 millones de euros). La mayoría de los ataques tuvieron como blanco propiedades griegas, pero casi un tercio estuvieron dirigidos a casas de armenios y judíos.
Más de 5.000 personas fueron arrestadas y la mayoría quedó en libertad más tarde.
El primer ministro Adnan Menderes y dos miembros de su Gobierno, depuesto en un golpe militar en 1960, fueron hallados culpables al año siguiente de violar la Constitución y fueron condenados a muerte.
Durante el juicio, una de las principales acusaciones que los jueces escucharon fue que el Gobierno de Menderes estuvo detrás de los acontecimientos de 1955.
Las investigaciones de Guven y de otros han mostrado que la conspiración era aún más profunda, dado que implicaba al Ejército y al servicio de inteligencia, y buscaba presionar a las minorías para que abandonen sus propiedades y dejaran el país.
"Una película como esta bien podría ser sólo una película en otro país. Dado que ha habido un vacío y que el tema nunca fue tratado, ahora cumple una misión importante", dijo Mahcupyan.
Hoy, 60 por ciento de los griegos que viven en Estambul, cuna del imperio bizantino dominado por los griegos durante 1.000 años hasta 1453, tienen 55 años o más, asegura el reverendo Dositheos Anagnostopulous, un portavoz de la Iglesia Ortodoxa Griega en Estambul.
Medio millón de griegos dejó Turquía rumbo a Grecia en 1923, cuando fue establecida la República Turca, y miles más emigraron cuando un "impuesto de la riqueza" fue implementado sobre las minorías en 1942 y arrasó con sus fortunas.
En 1955 vivían en Estambul aproximadamente 120.000 griegos, dijo Anagnostopulous. Después de los ataques se fueron 50.000 más, y el golpe final fue en 1964 después de los enfrentamientos entre los chipriotas turcos y griegos. En1966 sólo quedaban 30.000 griegos, sostuvo.
Estambul, una ciudad de 15 millones de personas, también es hogar en la actualidad de 60.000 armenios y menos de 20.000 judíos.
"Hay pocas probabilidades de que algo como esto ocurra de nuevo, porque los jóvenes turcos de hoy son más críticos. Pero para estar seguros, tienen que enterarse de que esta catástrofe ocurrió, en ello radica la importancia de esta película", agregó.
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