Este artículo se publicó hace 16 años.
Las partes civiles piden al Tribunal una condena para Fernández Iradi y Figal Arranz
Los abogados de las partes civiles pidieron hoy la condena de los etarras Juan Ibón Fernández Iradi, "Susper", y Antonio Agustín Figal Arranz, "Biskor", por el tiroteo en noviembre de 2001 el que un gendarme francés resultó gravemente herido y por otros delitos.
En la sexta jornada del juicio a ambos, en el Tribunal Especial de lo Criminal de París, intervinieron en la sesión matinal los abogados del gendarme, de una mujer a la que los etarras robaron el coche en su fuga, representantes de la asociación de ayuda a víctimas SOS Attentats y de la Agencia Judicial del Tesoro francés.
Todos ellos pidieron que los acusados sean condenados, pero no exigieron una pena concreta, tarea que corresponde al representante de la Fiscalía, que intervendrá esta tarde.
En presencia del gendarme Larroudé, su abogada, Sabrina Goldman, repasó los hechos del 28 de noviembre de 2001, cuando se produjo el tiroteo en las proximidades de Lucq de Bearn en el que el agente recibió ocho impactos de bala.
Goldman aseguró que todas las declaraciones de testigos y los análisis balísticos, médicos y policiales demuestran que hubo una "indudable" intención de matar al gendarme por parte de "Susper", hecho que éste ha negado en las sesiones precedentes.
La abogada se apoyó en que hubo dos series de disparos, lo que indicaría que entre la primera y la segunda hubo un momento en el que el etarra pudo haber reflexionado y que, además, hubo algún disparo que entró por la espalda, con salida junto a un ojo, mientras Larroudé estaba tumbado en el suelo, ya herido de varios impactos.
Frente al argumento expuesto en días pasados por Fernández Iradi de que actuó por pánico y con la única intención de escapar, la representante del gendarme dijo que el objetivo de la agresión fue "el uniforme de Larroudé, que representa al Estado francés".
Los otros abogados expusieron argumentos similares y el de la Agencia Judicial del Tesoro, Colin Maurice, añadió que los etarras son formados militarmente, no sólo en el uso de armas y explosivos sino también para gestionar situaciones de tensión como un control policial.
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