Este artículo se publicó hace 12 años.
Otoño caliente: es el momento de que la izquierda se una y luche codo con codo con los trabajadores
Hay un asesino paseándose por Europa que se llama pacto fiscal y que junto al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) será un auténtico golpe de estado monetario que agravará la recesión económica durante los próximos 20 años. La luz verde que ha otorgado el Tribunal Constitucional alemán a estas dos medidas es una noticia pésima para todos los países europeos.
Italia, por ejemplo, deberá reducir su deuda pública 45.000 millones de euros cada año durante dos décadas. De este modo, la crisis no hará más que empeorar, y los que pagarán serán los trabajadores.
Con el MEDE, además, se sientan las bases para que los ciudadanos de los Estados de la Unión sigan pagando sus impuestos para financiar a los especuladores. De hecho, el MEDE, en lugar de prever que el Banco Central Europeo intervenga en el mercado comprando sin límites los títulos de Estado -evitando definitivamente la especulación sobre la deuda soberana- es un mecanismo complejo a través del cual los Estados aportarán su financiación para intentar salvar a los Estados que estén siendo agredidos por los especuladores. Así la especulación continuará y nosotros seguiremos pagando.
Por otro lado, el MEDE se utilizará no sólo para salvar a los Estados, sino también a los bancos privados, tal y como está sucediendo ahora. El caso de España es emblemático: el actual Fondo salva estados de la Unión Europea está prestando a la banca privada española 100.000 millones de euros. ¡El problema es que así se socializan las pérdidas! La Unión Europea, de hecho, ha reservado ese dinero para salvar a los bancos, es decir, los beneficios de los especuladores.
En los últimos años, cuando a los especuladores les iba bien se embolsaban todos sus superbeneficios pero ahora que están llenos de agujeros, estos los deben tapar los trabajadores. Prácticamente todo el dinero que se les roba a los ciudadanos europeos con cada plan de recortes se le da a los especuladores españoles, no a los ciudadanos.
Y todo esto -como sabéis de primera mano, por desgracia- mientras la Unión Europea obliga al Gobierno español a aplicar recortes sociales, a reducir los salarios, a aumentar el desempleo y a recortar los derechos de los ciudadanos y de los trabajadores. Es una estafa pura y dura a costa del pueblo. Por eso hemos apoyado siempre la lucha de los trabajadores y las huelgas generales que se hicieron en España contra la reforma laboral.
Nosotros creemos que en este momento hace falta un compromiso real de los sindicatos, que tengan un protagonismo como el que hemos podido ver en España, en Grecia y en Francia, y no como en Italia, que siguen escondidos. Es necesario unir los esfuerzos y cambiar las políticas europeas radicalmente. Los partidos de la Izquierda europea -Refundación Comunista, Izquierda Unida, la Linke en Alemania, Syriza en Grecia y el Frente de Izquierda en Francia- sostienen que es necesario invertir la tendencia totalmente: para construir la Europa de los pueblos es necesario frenar esta Europa hiperliberal.
Nuestras recetas están muy claras: modificar el papel del Banco Central Europeo, abolir el pacto fiscal, meterle mano a la normativa bancaria para que se separe el ahorro de la especulación y así conseguir destruirla. También apostamos por definir un salario estándar europeo y un sistema fiscal y de bienestar homogéneos.
Estos son sólo alguno de los puntos por los que están peleando los partidos de la Izquierda europea y por los que seguirán peleando en los próximos meses, unificando la lucha, implicando a los trabajadores y a los sindicatos. En definitiva, a la sociedad civil.
Paolo Ferrero es el secretario general del partido italiano Rifondazione Comunista
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