Orishas regresa con "Cosita buena", su álbum más personal y arriesgado

"Cosita buena" es el título con el que el trío cubano Orishas ha bautizado su nuevo álbum, un trabajo "arriesgado" y "con personalidad" que nace de "muy adentro" y que verá la luz el próximo 10 de junio tras "mucho sacrificio", tal y como han explicado hoy los componentes a EFE.

"Este es el primer disco que es nuestro cien por cien", ha resaltado la banda, pues "Cosita buena" es el resultado de un proceso de composición y grabación en la que Roldán González, Hiram Riverí "Ruzzo" y Yotuel Romero han trabajado sin la presencia de un productor en el estudio "que filtrara los temas".

Tras diez años de carrera, tres discos de inéditos y un recopilatorio, la banda ha decidido arriesgarse en "Cosita buena" asumiendo la producción y dando un aire más europeo a su exitosa fusión de son tradicional cubano y hip-hop.

"Somos el mismo 'chef' pero utilizamos condimentos que ya no son sólo caribeños sino mundiales; no podemos centrarnos sólo en el Caribe", ha explicado al respecto Ruzzo.

"El negocio está fatal, queda poco pa' inventar", dice la letra de una de sus canciones más conocidas, pero a pesar de la tentación de repetir una fórmula ya probada con éxito, Orishas ha decidido "ir un poco más lejos" en las letras y melodías.

"El kilo", su tercer disco, trajo "el equilibrio", mientras que "Cosita buena" representa "el desafío", ha explicado Roldán, quien se aventura a anunciar "una nueva era Orishas".

"Cosita buena" contiene doce canciones en las que, sin renunciar "a lo cubano", su bandera durante estos años, Orishas se fija en motivos más cercanos a su día a día en Europa para ejercer "una crítica social constructiva". "Vamos llenando el álbum de fotos que después hacemos música", ha explicado Ruzzo.

Así el disco contiene canciones como "Maní", que gira en torno a la corrupción en España o "Que quede claro", que nació al ver en televisión un caso de racismo. "Son cosas que nos nutren y que nos llaman a que las contemos", ha señalado Yotuel.

El regreso de Orishas es, por tanto, una paso más en su camino hacia el mestizaje, un fenómeno que consideran "el futuro", tanto "musicalmente" como "en relación a las razas".

Esta apuesta es la que les ha valido el título de "embajadores del rap en castellano", una responsabilidad de la que se sienten "orgullosos" pero que de la que prefieren "no hacer propaganda" para no perder "la espontaneidad y naturalidad" de Orishas.

"Aunque hemos alcanzado una situación privilegiada para unos emigrantes, no olvidamos de dónde venimos e intentamos seguir trabajando para lograr algo bueno y que perdure", han subrayado.