Este artículo se publicó hace 13 años.
Orangutanes permitirían entender la obesidad en las personas
Por Julie Steenhuysen
En tiempo de abundancia, losorangutanes de la isla de Borneo se dan atracones de frutas delbosque, lo que los hace aumentar de peso para prepararse paralos años de escasez de alimentos, cuando sobreviven con hojas,corteza y su propia grasa.
Esta conducta de comer excesivamente es muy común en losseres humanos, pero muy poco frecuente entre los primates nohumanos, y estudiarla brindaría algunos indicios sobre laobesidad y los trastornos de alimentación en las personas,informaron investigadores de Estados Unidos.
"Los orangutanes son modelos muy interesantes para estudiarla obesidad humana porque son realmente los únicos simios yposiblemente los únicos primates no humanos que almacenandepósitos grasos", dijo Erin Vogel, antropóloga de la RutgersUniversity en Nueva Jersey.
"Nunca se ha documentado en ninguna otra especie", señaló enuna entrevista telefónica Vogel, cuyo estudio aparece en larevista Biology Letters.
Vogel y colegas estudiaron muestras de orina de orangutanesde Borneo recolectadas laboriosamente durante un período decinco años por un equipo dirigido por la doctora Cheryl Knott,antropóloga de la Boston University.
"Los orangutanes que viven en este hábitat realmentedesafiante pueden tomar ventaja de estos períodos de increíbleabundancia de frutas", dijo Vogel. "Comen, comen y comen yengordan", agregó la experta.
Luego, atraviesan períodos de muy poca producción de frutaque pueden durar hasta ocho años.
En el estudio, cuando los alimentos se vuelven más y másescasos, los orangutanes acuden a hojas secas y corteza parasobrevivir. El equipo observó cambios en la orina de los simios.
Primero, los investigadores observaron cetonas, una señal deque el cuerpo estaba metabolizando grasa. "Eso indica que estánquemando esa grasa para tener energía", explicó Vogel.
Después registraron isótopos de nitrógeno elevados, lo quemanifiesta que las células musculares se estaban descomponiendopara obtener proteína y energía.
"Tienen que obtener energía de algún lado, por lo quecomienzan a digerir su tejido corporal, tan como se hallaría ensituaciones en que los humanos empobrecen, y en la anorexia,donde podríamos ver condiciones en las que las personasdigerirían sus propios músculos", detalló la experta.
Vogel señaló que el estudio muestra cómo los orangutanessacaron ventaja de su capacidad de almacenar grasa para aumentarsus posibilidades de supervivencia, pero esta misma habilidad esun déficit para la mayoría de los humanos que no necesitanacopiar alimentos de esa forma.
"Tenemos esa maravillosa capacidad de almacenar grasa, yahora la mayoría de nosotros desearía no tenerla", agregó laexperta.
Vogel añadió que en estudios futuros planea observar lasfluctuaciones de las hormonas grelina y leptina -asociadas conel hambre- durante los períodos de escasez y abundancia dealimentos.
Además indagará en los cambios en químicos que indicaninflamación celular conocidos como citoquinas, que se cree quejuegan un papel importante en la obesidad.
Los orangutanes están en peligro de extinción. Hay sólo50.000 individuos en Borneo y 7.300 en Sumatra, los dos únicoslugares del mundo en que aún se los puede ver viviendo fuera decautiverio.
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