Este artículo se publicó hace 8 años.
La operación contra Mario Conde podría extenderse contra otros ex directivos de Banesto
Arturo Romaní, vicepresidente de la entidad y mano derecha del banquero ahora en prisión, podría haber ocultado propiedades antes de que se ejecutara en 2002 la sentencia por la que supuestamente devolvió todo lo robado a los clientes.
Patricia López
Fue en septiembre de 2014 cuando el Servicio de Prevención y Blanqueo de Capitales (Sepblac) de la Policía Nacional detectó una transferencia de 600.000 euros desde Suiza a la una cuenta de Mario Conde. Desde entonces la Unidad de Delincuencia Económica de la Guardia Civil inició una investigación encargada por la Fiscalía Anticorrupción en la que también se indaga sobre propiedades relacionadas con quien fuera mano derecha de Conde en Banesto, su vicepresidente Arturo Romaní.
Un mes después de la alerta sobre la repatriación del dinero escondido por Mario Conde tras la caída de Banesto, se detecta otra presunta operación de blanqueo de capitales con la finca La Alamedilla, situada en Toledo, y que había sido propiedad de Romaní. El inicio del conocido caso Banesto fue en 1993, pero la sentencia del Tribunal Supremo por la que Conde y Romaní debían devolver lo robado no se dictó hasta 2002. En 1997 la finca La Alamedilla pasa del vicepresidente de Banesto a otros propietarios que formaron la sociedad Hacienda La Alamedilla S.L, “por lo que se investiga si pudo haber una ocultación de bienes”, aseguran fuentes cercanas a las pesquisas que sigue el juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional.
El 50,1% de la sociedad Hacienda La Almedilla lo tiene desde 1997 Javier Martínez de la Hidalga, ex ejecutivo del Banco Santander y que en la época de la compra era el director de operaciones inmobiliarias de dicho banco. Desde 1999 junto a De la Hidalga constan como accionistas otros tres propietarios: la sociedad Construcción y Urbanismo, representada por Fernando Pinedo y Noriega de FP Asociados; Inmobiliaria Jerry, representada por José Antonio Arrese y Chautón, quien tiene registradas dos empresas en Panamá; y Servicios Integrales Asociados de Adrián de la Joya, ex vicepresidente de Avanzit y ex dueño de Telson.
La Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción investigan si Mario Conde ha estado repatriando en al menos los 15 millones de euros de dinero oculto de Banesto a través de diferentes sociedades ubicadas en paraísos fiscales como Suiza, Panamá o Islas Vírgenes.
La forma de distribuirlo era a través de pequeños créditos entre empresas y con la cooperación de otros testaferros. El centro de operaciones serían sus empresas situadas en Torrejón de Ardoz (Madrid) Hogar y Cosmética Española y Demerquisa S.A, ahora intervenidas. También se investiga la venta de sus parcelas, entre otros al dueño de OHL, Juan Miguel Villar Mir. A él le vendió una parcela en Toledo, La Salceda, en 2002. “Ahora se investigan si esa parcela también formaba parte de ese patrimonio de Banesto”, aseguran estas fuentes.
Con los accionistas de la ex finca de Arturo Romaní, según fuentes de la investigación, “ocurre una operativa similar a la de Mario Conde”. En octubre de 2014, el CNI y los investigadores de la comisión judicial del caso Nicolay detectan un intento de venta de la Alamedilla y también la solicitud de un crédito al Banco de Guinea que podría ocultar una operación de blanqueo de capitales.
En la operación estaban involucrados el ex ejecutivo del Santander, Javier Martínez de la Hidalga; su abogado Juan Untoria, ex coronel de Ejército que fue detenido por el juez Baltasar Garzón por blanquear para la mafia rusa de Gennadios Petrov y que se encuentra a espera de juicio y, presuntamente, el empresario José Antonio Arrese, con una empresa con sede en Torrejón de Ardoz y que figura como administrador de dos sociedades panameñas: Telemar Inc y Nuevo Sorengo SA, con números de registro en Panamá 70343 y 70338 respectivamente.
Ni la venta ni el crédito se llevaron a cabo porque uno de los involucrados, el presunto estafador Francisco Nicolás Gómez Iglesias, fue detenido, después de que el CNI y Asuntos Internos de la Policía estuvieran siguiendo los pasos de todo el grupo incluso con monitorización de los teléfonos autorizadas a los servicios de inteligencia por el Tribunal Supremo. Sin embargo, la documentación incautada y la del teléfono del pequeño Nicolás han dado pistas sobre el verdadero negocio que se escondía detrás.
Fuentes cercanas a la investigación explican a Público que, “la Alamedilla es una sociedad sin ingresos, en causa disolución desde 2005, solo vive del dinero que el ‘accionista mayoritario mete’ y que se va de inmediato de la compañía en forma de préstamos a particulares que apenas generan ingresos por intereses o plusvalías. Un método muy similar al que se ha detectado también con las empresas de Mario Conde”.
Además el accionista mayoritario, el ex directivo del Santander, envió a Francisco Nicolás unos mensajes con los nombres de unas sociedades en Hong Kong, Islas Vírgenes y Ucrania – Beringold, Elite Bloom, Power Star Capital Investment- desde las que, presuntamente, se iban a hacer una envíos de dinero al Banco de Guinea. Según explican diferentes fuentes, “la operación que se logra desmontar con la detención de Francisco Nicolás no es una estafa, es blanqueo de capitales. Ellos pedían el crédito a Guinea valiéndose de una sobrevaloración de la finca, pero nunca iban a devolverlo. Serían las empresas situadas en diferentes paraísos fiscales las que cubrirían ese crédito y ya tienes lavado ese dinero”.
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