Este artículo se publicó hace 17 años.
La odisea de la maestra condenada por el osito llamado Mahoma termina en indulto
La maestra británica Gillian Gibbons, detenida en Sudán por permitir que sus alumnos bautizaran a un oso de peluche con el nombre de "Mohamed" (Mahoma), fue liberada hoy, después de una larga semana en la que fue detenida, juzgada, condenada y, finalmente, indultada.
Inmediatamente después de conocerse la noticia de su liberación, gracias al indulto del presidente sudanés, Omar Hasan al Bachir, unas trescientas personas se concentraron frente a la embajada británica para protestar por la medida.
La mayoría de los manifestantes, pertenecientes a grupos islamistas, corearon eslóganes contra el reino Unido y pidieron la ejecución de la profesora por haber insultado al Islam, a pesar de que las pena máximas a las que podía enfrentarse oscilaban entre los seis meses de cárcel, una multa o 40 latigazos.
El abogado Kamal al Yizuri afirmó que la profesora ya ha sido trasladada a la embajada británica en Jartum y que es posible que regrese a su país con los dos parlamentarios británicos de religión musulmana que han negociado su liberación.
El anuncio del indulto a Gibbons lo hizo el presidente Bachir estos dos "lores", Nazir Ahmed (laborista) y la baronesa Sayeeda Hussain Warsi (conservadora), a los que animó, como musulmanes británicos, "mejorar la imagen de Sudán" en Occidente, según dijo un portavoz presidencial llamado Mahgub Fadel.
Un amplio dispositivo policial en torno a la embajada impidió el acceso de los manifestantes a su interior, en donde horas después todavía permanecía Gibbons en compañía de los dos parlamentarios.
Gibbons, de 54 años y profesora de inglés en una escuela sudanesa desde el pasado agosto, fue detenida el 25 de noviembre bajo la acusación de haber ofendido al profeta Mahoma, después de recibir varias quejas de los padres de sus alumnos.
La maestra había pedido a una niña de siete años que llevara su oso de peluche y después sugirió a sus alumnos que eligiesen un nombre, según Robert Boulos, director del colegio Unity School, en el que trabajaba Gibbons.
Veintidós de los veintitrés niños eligieron Mahoma (Mohamed), uno de los nombres más comunes en el mundo musulmán, como nombre favorito para el osito.
Dos días después, las sospechas policiales cristalizaron en una acusación formal presentada por la fiscalía sudanesa que decidió presentarla al día siguiente a los tribunales conforme al artículo 125 del Código Penal sudanés "por ofensas a las creencias religiosas e incitación al odio".
El tribunal que la juzgó en un proceso relámpago, que comenzó y terminó el pasado jueves, la encontró culpable de ofender a la religión y la sentenció a 15 días de cárcel y a ser posteriormente deportada.
Tras conocerse la sentencia, Londres comenzó una intensa campaña diplomática para encontrar "una solución rápida del asunto", según fuentes británicas, y en Jartum miles de sudaneses se manifestaron tras la oración del pasado viernes para protestar contra lo que consideraban una "tibia sentencia" y exigir que la maestra fuera ejecutada.
La gravedad de la crisis del osito de peluche empujó al Ejecutivo sudanés a trasladar a Gibbons desde la cárcel de mujeres de Omdurman (ciudad gemela de Jartum), donde estaba encarcelada, a un lugar secreto para garantizar su seguridad y evitar que fuera linchada.
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