Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama fuerza un diálogo en Oriente Próximo
El presidente de EEUU logra el primer cara a cara entre Abás y Netanhayu desde que el primer ministro israelí llegó al poder
Isabel Piquer
Nadie estaba realmente listo para verse. Pero Barack Obama decidió forzar la foto. El presidente estadounidense, pese al estancamiento de las negociaciones de paz, quiso reunir ayer en un encuentro trilateral al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y al presidente palestino, Mahmud Abás, para instarles a reanudar el diálogo cuanto antes.
La instantánea del encuentro es bastante reveladora: Obama acerca a los dos responsables que, a duras penas, consiguen esbozar un apretón de manos.
El resultado más inmediato es que el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo, George Mitchell, volverá a la zona para iniciar una nueva ronda negociadora, esperando que la presión de la Casa Blanca consiga desbloquear el proceso.
"No basta con hablar""Ya no basta sólo con hablar de empezar las negociaciones, es el momento de avanzar", enfatizó Obama al inicio del encuentro, "es hora de mostrar flexibilidad y sentido común". El presidente estadounidense no se refería sólo a los últimos obstáculos. "Las negociaciones sobre el estatus permanente deben empezar y empezar pronto", insistió, refiriéndose a todas las cuestiones que no han llegado a resolverse en 16 años de proceso: la delimitación de las fronteras, el destino de Jerusalén y el regreso de los refugiados.
Reconoció méritos y fallos por ambas partes: los palestinos "han reforzado sus esfuerzos de seguridad pero necesitan hacer más para frenar las provocaciones"; los israelíes "han dado más libertad de movimiento a los palestinos y hablado de limitar la actividad de los asentamientos. Pero necesitan traducir estas palabras en acciones", dijo Obama, quien no habló de "congelar" las colonias, sino de "frenarlas".
Siguiendo un formato que la Casa Blanca usa para los temas delicados, el presidente estadounidense y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se vieron primero por separado con Netanyahu y luego con Abás, antes de reunirlos en uno de los salones del hotel Waldorf Astoria de Nueva York, al margen de la cumbre sobre cambio climático que transcurría en la ONU.
Esperanzas estadounidensesLa semana pasada, la Casa Blanca todavía contaba con la posibilidad de anunciar la reanudación de las conversaciones de paz. Pero el fracaso del esfuerzo mediador de Mitchell, que se pasó cuatro días yendo y viniendo entre Ramala y Tel Aviv sin conseguir poner de acuerdo a las dos partes, echó por tierra las esperanzas de Washington. Aún así, Obama, que ha desplegado sus esfuerzos voluntaristas en todas sus tareas de gobierno -desde la reforma sanitaria al rescate financiero- decidió reunir a los dos hombres que no se habían visto las caras desde la llegada de Netanyahu al poder.
El presidente estadounidense también quería mandar un mensaje: no por estar centrado en las guerras de Irak y Afganistán, y preocupado por las ambiciones nucleares de Irán, iba a desatender un dossier en el que su predecesor prácticamente no intervino, salvo en la fallida cumbre de Annapolis en noviembre de 2007, en la que por primera vez se plasmó en un papel la solución de dos estados viables.
Antes del encuentro, Washington ya había admitido que no obtendría resultados concretos. "No tenemos grandes expectativas de la reunión, excepto que continúe", anticipó el lunes el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. "Pero debemos trabajar duro en la diplomacia del día a día, para alcanzar una paz duradera", agregó.
Los israelíes acudieron pensando "que las condiciones no estaban maduras para relanzar las negociaciones", en palabras de uno de sus portavoces. Los palestinos vinieron porque no querían "decepcionar" a EEUU. Dejaron claro que no se trataba de negociaciones propiamente dichas, a las que se niegan hasta que Israel se comprometa a congelar la construcción de asentamientos en los territorios ocupados.
Resultado contraproducenteLo malo es que cuando la Casa Blanca fuerza la foto, los resultados pueden ser contraproducentes. Fue lo que pasó en el último gran esfuerzo mediador de Estados Unidos en Oriente Próximo, en julio de 2000, en Camp David, entre Yaser Arafat y el entonces primer ministro Ehud Barak (ahora ministro de Defensa del que solía ser su gran rival político), apadrinado con fórceps por Bill Clinton.
Al inquilino de la Casa Blanca le quedaban pocos meses en el poder y quería dejar el puesto, tras la mancha del escándalo Lewinsky, con un éxito en Oriente Próximo. Los palestinos se resistieron a aprobar un acuerdo desigual. Los israelíes les echaron toda la culpa del fracaso. Dos meses más tarde, estallaba la segunda Intifada.
Las grandes citas de la Asamblea GeneralLula insistirá en la reforma del sistema financiero
El presidente brasileño, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, será el primer jefe de Estado en intervenir ante la Asamblea General. Lo hará para insistir en que no se abandonen los deseos de refundar el capitalismo expresados hace un año en respuesta a la crisis mundial y que empiezan a desfallecer con el inicio del fin de la recesión. Lula abogará por la reforma de los órganos de gobierno de instituciones financieras que considera obsoletas, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El ‘Yes, We Can’ llega a la ONU
El presidente estadounidense pronunciará su primer discurso ante la ONU. El desarme nuclear y el cambio climático (eje de la cumbre celebrada ayer) serán aspectos clave de su intervención.
Gadafi interviene por primera vez en 40 años
Como líder del país que detenta la presidencia de turno de la Asamblea General, el libio Muamar al Gadafi se ha avenido a acudir a Nueva York, e intervendrá en el plenario después de Obama.
Zelaya, ausente
La intervención del presidente de Honduras, prevista hoy por la tarde, todavía figura en el programa de actos de la Asamblea General, pero su aparición el pasado lunes en Tegucigalpa le impedirán participar. Aún se desconoce quién le sustituirá para dirigirse a la Asamblea de la ONU.
Israel boicoteará a Ahmadineyad
Otro de los discursos habitualmente controvertidos es el del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quien acude esta vez después de las polémicas elecciones de junio, disputadas por la oposición. El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ya ha anunciado que boicoteará, ausentándose de la sala, el discurso de Ahmadineyad, quien la pasada semana volvió a negar la existencia del Holocausto.
Cena en el Metropolitan
La tradicional recepción de jefes de Estado y de Gobierno, que ofrecerán Barack y Michelle Obama, tendrá lugar este año en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Zapatero
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, interviene mañana ante la Asamblea.
Carla Bruni moviliza
La primera dama francesa, Carla Bruni Sarkozy, ha organizado una reunión, en los márgenes de la Asamblea General, sobre salud mundial. Al evento acudirá el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
África contra la malaria
El presidente de Tanzania, Jakaya Kikwete, lanza mañana junto a los jefes de Estado de otros diez países africanos una iniciativa contra la enfermedad.
Aniversario de la agencia para los refugiados palestinos
La agencia de la ONU que asiste a los refugiados palestinos fue creada hace 60 años. El presidente palestino, Mahmud Abás, asistirá a la conmemoración.
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