Este artículo se publicó hace 15 años.
El noruego Boasson Hagen impone fuerza y juventud, Di Luca sigue líder
El noruego Edvald Boasson Hagen, del equipo Columbia, estrenó a los 21 años su palmarés en el Giro de Italia al adjudicarse la séptima etapa disputada entre Innsbruck y Chiavenna, de 244 kilómetros, marcada por el mal tiempo, en la que el italiano Danilo Di Luca (LPR) logró mantener la camiseta rosa.
Boasson Hagen, impuso su fuerza juvenil dentro de un grupo de cinco aspirantes que llegaron escapados a disputarse la victoria en la inédita meta de Chiavenna. Su demostración no representó una sorpresa, ya que el ciclista nórdico ya puso su nombre esta temporada en el palmarés de la Gante Wevelgem.
Con una portentosa arrancada no tuvo dificultad alguna para abrir hueco y poder disfrutar, brazos en alto, de su estreno en la carrera rosa. Con un tiempo de 5h.56.53 adelantó a sus compañeros de aventura: Alessandro Bertolini (Diquigiovanni), Davide Viganò (Fuji-Servetto), Robert Hunter (Barloworld) y Pavel Brutt (Katusha).
A 30 segundos entró el grupo del líder, si bien los tiempos oficiales de la carrera se tomaron a 3 kilómetros de la llegada por decisión de la organización, debido a las malas condiciones del tiempo, los cuales no variaron la clasificación general.
Por lo tanto, Danilo Di Luca siguió vestido con la prensa rosa. Guardó los 5 segundos de ventaja sobre el sueco Thomas Lovkvist (Columbia) y 36 respecto al australiano Michael Rogers (Columbia), segundo y tercero respectivamente. Los españoles Carlos Sastre, séptimo a 1.16 y David Arroyo, décimo a 1.41 mantuvieron sus puestos.
La primera escapada se formó apenas dado el banderazo de salida, con la iniciativa del italiano Facci (Quick Step), el polaco Huzarski (ISD) y los rusos Klimov (Katusha) e Isaichev (Xacobeo Galicia), aunque estaba sentenciada de antemano, por lo que el pelotón la echó abajo a 40 kilómetros de la llegada, pasado el Alto de Maloja, única dificultad de la jornada. Fueron caso 200 kilómetros de escapada.
El mal tiempo, con lluvia, niebla y viento, obligó a la organización a neutralizar la carrera a falta de 3 kilómetros de la llegada, ya que los corredores debían afrontar un descenso peligroso, con la carretera mojada que podía ser causa de caídas.
Se formó otra escapada con el veterano Alessandro Bertolini (Diquigiovanni) como protagonista, a quien se le unieron el ruso Pavel Brutt (Katusha), el surafricano Robert Hunter (Barloworld), el noruego Boasson Hagen (Columbia) y el italiano Davide Vigano.
El pelotón, sin peligro para los favoritos y sin mayor interés en provocar el esprint, permitió que la victoria se negociara entre los cinco de vanguardia.
Empezaron los marcajes y el control, como si se tratara de una carrera de pista. A falta de 100 metros surgió la enorme figura de Boasson Hagen, ciclista de gran presente y enorme futuro. No hubo discusión. Victoria clara y concluyente. La primera en el Giro de Italia, la segunda de prestigio en la temporada.
La octava etapa del Giro unirá las localidades de Morbegno y Bergamo, de 208 kilómetros.
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