Este artículo se publicó hace 9 años.
El nazi que mató al joven antifascista valenciano Guillem Agulló también reclama sus armas de Pánzer
Ya son tres los miembros de la banda nazi que han reclamado las armas, utensilios y objetos de simbología ultra y militar que les fueron incautados hace una década
Joan Cantarero
-Actualizado a
VALENCIA.- Pedro Cuevas Silvestre, alias “el ventosa”, que asesinó en 1993 de una puñalada al joven nacionalista valenciano de izquierda Guillem Agulló, ha pedido a la Audiencia Provincial de Valencia que le devuelva todas las armas y otros objetos que le fueron incautados por la Guardia Civil, tras ser detenido por asociación ilícita y tenencia de armas, durante la “Operación Pánzer” en 2005.
Con Cuevas ya son tres los miembros de la banda nazi Frente Antisistema (FAS) que han reclamado las armas, utensilios y objetos de simbología nazi y militar que les fueron incautados hace una década, tras ser absueltos en julio pasado, después de que el tribunal anulara las intervenciones telefónicas autorizadas judicialmente que, en gran parte, sustentaban la causa contra esta organización criminal.
El arsenal ocupado al asesino de Agulló está compuesto principalmente por una colección de navajas y armas prohibidas e ilegales diversas, como los puños americanos modelo “pánzer” fabricados por él mismo y comercializados por la organización FAS a través de una web de internet para financiarse, y con la que se inicia la investigación policial y el proceso judicial contra la banda, que serviría a los investigadores para bautizar este caso contra la organización nazi radicada en el País Valenciano.
Los expertos en balística de la Guardia Civil informaron de que en dos de los revólveres que piden los nazis se aprecian maniobras tendentes a su rehabilitación”
La lista de petición de objetos y armas que realiza Pedro Cuevas, a través de su abogada, llegó a la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia el pasado lunes día 21, apenas unos días después de que presentara una petición en los mismos términos su entonces jefe militar José Antonio Andrés Orts, quien reclamó un largo listado de armas y demás parafernalia, entre ellas el lanzagranadas C90, así como varios revólveres y pistolas, algunas de ellas inutilizadas, que no obstante el Departamento de Balística del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en un informe emitido en su día aseguraba que “los tres revólveres se encuentran inutilizados y, en dos de ellos, se aprecian maniobras tendentes a su rehabilitación”. Se hicieron pruebas y “dos de los tres revólveres eran aptos para su uso”.
La relación de objetos reclamados por Cuevas al tribunal comienza por la petición de una pistola simulada, una llave de pugilato –puño americano-, una daga-puñal, dos navajas de mariposa y, sorprendentemente, una “navaja rota”, que bien pudiera conservar como recuerdo de algún uso señalado, dada la inutilidad práctica del arma. En el escrito se reclaman también dos navajas –una automática y otra normal- , un machete, un tirachinas de precisión, un hacha de grandes dimensiones y doble hoja, una maza, además de una bola metálica con pinchos.
El listado de peticiones de los nazis constituye en sí -a juicio de la Acció Popular Contra l’Impunitat APCI- “algo muy parecido a un acto de chulería y desafío a la ciudadanía y humillación a la democracia tras su sorprendente absolución, regodeándose de su condición de nazis una vez lograda su impunidad, nuevamente, en un proceso judicial en Valencia, tras haber negado durante años las ruebas evidentes de su activismo en grupos de ideología nacional-socialista, especialmente violentos contra el diferente”.
En el escrito se reclaman también dos navajas, un machete, un tirachinas de precisión, un hacha de grandes dimensiones y una bola metálica con pinchos
De hecho en la relación de peticiones a modo de lista petitoria para los reyes magos, Cuevas reclama un libro “Regalía del Tercer Reich”, seis cuadros con fondo azul y simbología nazi, un busto metálico de Adolf Hitler, una bandera de “Slayer”, dos cuartillas con diversos himnos paramilitares y otras cosas de similar tenor.
Pedro José Cuevas Silvestre asesinó en 11 de abril de 1993 a Guillem Agulló en Montanejos, Castellón. Guillem tenía 18 años, era natural y vecino de la localidad valenciana de Burjassot, y era líder de la organización SHARP —redskins— con un compromiso político antirracista y antifascista, al tiempo que era miembro de la organización independentista Maulets, nombre que viene de aquellos que lucharon para defender los fueros valencianos contra el Borbón Felipe V, en 1707.
El nazi Cuevas fue juzgado en 1995 junto a otros cuatro ultras. El tribunal dictó una sentencia que le condenaba a 14 años de prisión por homicidio como autor material de la puñalada en el corazón que acabó con la vida de Guillem, mientras éste era sujetado por los otros tras recibir una brutal paliza que le había dejado noqueado, según relató un testigo. Sorprendentemente, la sala absolvió a los otros ultras acompañantes de Cuevas y situó los hechos lejos del contexto político, estimando que la muerte del militante antifascista “fue consecuencia de una riña de chavales”. Pedro Cuevas quedó en libertad “por buen comportamiento” habiendo cumplido sólo cuatro años de su condena.
Tras su breve estancia en prisión Cuevas volvió a reunirse con activos militantes nazis. Algunos miembros de este círculo de “camaradas” de “el ventosa” procedían de otra banda ultra llamada Hermandad Nacional Socialista Armagedón que, tiempo después, algunos de ellos terminarían constituyendo el Frente Antisistema (FAS), hasta su detención y desarticulación. Armagedón era la misma banda nazi desarticulada por la policía en el año 2000 y que el mismo tribunal de Pánzer absolvería en abril de 2005, tan solo cinco meses antes de la desarticulación del FAS.
Tras quedar en libertad con cargos en espera de juicio imputado por asociación ilícita a banda organizada y tenencia y distribución de armas en la llamada “Operación Pánzer” Pedro Cuevas Silvestre incorporó a la organización nazi Alianza Nacional. En 2007 se presentó como candidato de este partido en las elecciones locales al ayuntamiento valenciano de Chiva.
El tercer miembro del FAS en reclamar sus objetos intervenidos durante los registros del 16 de septiembre de 2005 fue Pedro Costa Mora, alias Lófer. Costa pertenecía a la junta de mandos y era el responsable de las finanzas de la banda. En 2008, estando ya imputado y en espera de juicio por los delitos de asociación ilícita, tenencia de armas y otros delitos, Lófer fue contratado por la ONG Instituto Pedagógico Valenciano, subvencionado por la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana de Alberto Fabra (PP), como director del Centro de Acogida de Menores El Carmen. En este centro se tutelan seis menores de entre 9 y 17 años en riesgo de exclusión y su control estaba en manos de un nazi.
La ONG sabía que el nazi estaba imputado por pertenencia a banda armada pero “no lo podía despedir porque no tenían dinero para su indemnización”, a pesar de recibir subvenciones de 19 millones de euros
El centro sabía que Costa Mora estaba imputado por su pertenencia a una banda nazi armada y peligrosa pero que “no lo podía despedir porque no tenían dinero para pagar su indemnización”. Esta ONG recibió una subvención para su única actividad, este centro de menores, de nada menos que 19 millones de euros. La consellera de Bienestar Social de entonces Asunción Sánchez Zaplana (PP) –actualmente jefa de la oposición en el Ayuntamiento de Alicante- se desmarcó del tema en declaraciones El País alegando que “velamos para que se preste el servicio. No gestionamos las relaciones laborales de los centros”.
Pedro Costa, que en la actualidad gestiona una agencia de excursiones con otro imputado en Pánzer, que hace rutas por Marruecos, no solicita la devolución de ningún arma. Su extenso listado de peticiones al tribunal que le absolvió se centra en pasquines, libros, carteles, camisetas, CDs, videos VHS, todos ellos de propaganda nacional-socialista.
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