Este artículo se publicó hace 13 años.
Mil luchas en el Primero de Mayo
División entre los asistentes sobre el pacto de sindicatos y Gobierno
Finalmente, el tiempo acompañó y la manifestación de Valencia se desarrolló bajo un sol que tomó las calles a lo largo de la mañana. Era un día festivo, aunque la fiesta se iba a vivir con muchos matices. Como muestra, dos testimonios. El primero es de Carles, un joven sindicalista, simpatizante de CCOO, aunque sin carné, y que acudió a la marcha "porque es necesario; tal y como están las cosas, sólo podemos contar con el apoyo de los sindicatos para presionar". Lleva una bandera del sindicato que le han repartido al principio de la concentración.
A pocos metros de Carles pasea León, un hombre de mediana edad que se define como "obrero, sin más", con una pancarta con el eslogan "Yo no me vendo" y con la señal de "Prohibida la jubilación a los 67 años". León pasa por delante de Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez y les increpa. Luego, más tranquilo se explica: "Los líderes que pactan con el Gobierno se han puesto delante y han monopolizado este Primero de Mayo; los que interesan son los que van detrás".
Delante marcharon CCOO y UGT; detrás, otras organizaciones sociales y sindicales
Delante y detrás, dos caras de una misma moneda. La manifestación del Primero de Mayo es un arcoíris de sentimientos divididos: en la cabecera, las dos grandes centrales, y, detrás, bien separados, el resto de organizaciones sociales y sindicales.
Allí se pudieron ver ayer pancartas en defensa de la custodia compartida, de la campaña por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), banderas republicanas y nacionalistas sin afiliación concreta, colectivos como Lambda, asociaciones en defensa del pueblo saharaui, y las centrales sindicales CGT y CNT a escasos metros de una pancarta que pedía la no privatización de Aena. Todos tienen su espacio.
La marcha es larga, cada uno quiere mostrar su pancarta, su lucha, y para cuando llegan al fin de la manifestación, ya han comenzado los discursos de Toxo y Méndez. En ese momento, algunos silban y un grupo de teatro representa una performance en la que los sindicatos y los gobiernos se dan la mano bajo la mirada sonriente del personaje que representa los mercados.
Hay nuevas marchas previstas para "tomar la calle" el 15 de mayo
Mientras tanto, se reparten octavillas de futuras marchas: el 15 de mayo se pide "tomar la calle". Callan los pitos, los ánimos se calman, la protesta se ha quedado en nada, es muy tarde y la mayoría de asistentes se han ido a comer. Son las 13:45 horas y suena La Internacional. La jornada se ha terminado, y apenas dos centenares de personas se han quedado hasta el final de los discursos. La mayoría se despide con el puño en alto. Al fondo de la calle, un joven carga con una pancarta: "Que se vayan todos".
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