Este artículo se publicó hace 13 años.
Las malformaciones congénitas podrían generar tumores cerebrales
Por Amy Norton
En los niños que nacen conmalformaciones o cuya madre tuvo múltiples partos de bebésmuertos aumentaría el riesgo de desarrollar cáncer cerebral.
No obstante, la cantidad de casos seguiría siendo bajaporque rara vez los niños padecen tumores cerebrales.
Cada año, unos 4.000 niños y adolescentes de Estados Unidosreciben la noticia de que tienen un tumor en el sistemanervioso central (cerebro o médula espinal), según cifras de laSociedad Estadounidense del Cáncer.
Una pequeña proporción es por síndromes genéticos heredadosy poco se sabe sobre por qué los niños desarrollan ese tipo decánceres. El nuevo estudio, publicado en la revista Pediatrics,destaca la importancia que tendrían los factores genéticos.
En la información de una base de datos de California, losautores identificaron 3.733 casos de tumores cerebrales yespinales en menores de 15 años diagnosticados entre 1988 y el2006.
El 1,2 por ciento de esos niños había nacido con unamalformación congénita, comparado con el 0,6 por ciento de15.000 niños sin cáncer de California (grupo de control).
Los niños con una malformación eran casi cuatro veces máspropensos que aquellos sin defectos de nacimiento a desarrollarun tumor neuroectodérmico primario, que son los que comienzanen células inmaduras del cerebro y representan un quinto de lostumores cerebrales infantiles.
Y el riesgo de desarrollar tumores de células germinales,un cáncer cerebral raro en los niños, creció más de seisveces.
Aun así, los niños con malformaciones congénitas no teníanalto riesgo de desarrollar el cáncer cerebral más común en losparticipantes, el glioma, que ocurrió en el 57 por ciento delos pacientes.
El estudio identificó también alto riesgo de que los hijosde mujeres que habían perdido por lo menos dos embarazosavanzados (la muerte fetal ocurre después de la semana 20 degestación) desarrollaran esos cánceres. De hecho, eran tresveces más propensos que el resto a tener un tumor cerebral oespinal.
"La genética tendría un papel más importante que el quepensábamos en la aparición del cáncer del sistema nerviosocentral", señaló la autora principal, doctora Sonia Partap, dela Stanford University y del Hospital de Niños Lucile Packardde Palo Alto, en California.
Los abortos espontáneos no estuvieron asociados con elriesgo de desarrollar cáncer en el resto de los hijos de lasmujeres estudiadas.
De modo que es posible que las anormalidades genéticas queprovoca la pérdida de embarazos no estén relacionadas con elcáncer, mientras que los defectos genéticos "compatibles con lavida en algún grado" influyan en el riesgo de desarrollarcáncer, explicó la autora.
En cuanto a las malformaciones congénitas, estudios previoslas habían asociado con un aumento del riesgo de desarrollarcánceres infantiles en general. Evidencias preliminares, segúnprecisó Partap, sugieren que los defectos cardíacos ycerebrales tendrían gran relación.
Pero la autora aclaró: "Los padres deberían saber que elriesgo de que aparezca un cáncer del sistema nervioso centrales muy bajo". Al mismo tiempo, agregó que los pediatrasdeberían estar atentos a toda mínima posibilidad de queaparezca en ciertos niños.
Los síntomas de los tumores cerebrales son vagos y varíansegún el paciente. Algunos signos son: cefaleas matinales,cambios en ciertas funciones mentales (memoria y atención),somnolencia inusual, alteración visual, auditiva o dellenguaje, y falta de equilibrio y coordinación.
FUENTE: Pediatrics, online 8 de agosto del 2011
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