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Las luces se apagan en Tokio tras perder la votación olímpica

Reuters

La eliminación de Tokio en la carrera para organizar los Juegos Olímpicos 2016 provocó suspiros y algunas lágrimas de los funcionarios y asistentes a una fiesta en la Torre de Tokio cuando se anunció el resultado, minutos después de la medianoche en la capital nipona.

"Pensaba que Sudamérica (Río de Janeiro) o Chicago eran las favoritas", dijo a Reuters Takasho Imai, un fotógrafo de 32 años, después de que Tokio quedara fuera en la segunda vuelta de la votación del Comité Olímpico Internacional (COI).

Chicago, una de las favoritas, fue la primera en ser eliminada, provocando los primeros lamentos, que más tarde se repetirían en la capital japonesa.

"Por lo menos le ganamos a Chicago", dijo Akiko Shindo, de 27 años.

"Queríamos que ganara Tokio, pero nos gustaría apoyar a los ganadores y esperamos que los Juegos Olímpicos de 2016 sean un éxito (...) Yo quería que ganara Río (...) La gente allí parece tener fiebre olímpica", agregó.

Tokio, que se pagaba 25 a 1 en algunas importantes casas de apuestas, estaba detrás de Río de Janeiro y Madrid dentro de las probabilidades para adjudicarse la sede.

NO FUE SUFICIENTE

Una petición apasionada hecha por los líderes de la candidatura de Tokio, subrayando las credenciales ambientales de la ciudad y una abultada cuenta bancaria, no logró convencer al COI.

El nuevo primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, se presentó en Copenhague, a 8.700 kilómetros de la capital nipona, pero se marchó antes de que se anunciara el ganador.

"Necesito un trago", dijo el principal diseñador de moda japonés Kansai Yamamoto. "Pero fue una buena experiencia", agregó.

Tokio organizó los primeros Juegos Olímpicos en Asia en 1964, pero muchos consideraban que esta nueva candidatura era muy prematura después de que Pekín fuera sede del máximo acontecimiento deportivo el año pasado.

En un país donde la tecnología robótica de vanguardia y los viejos rituales se fusionan, la noticia de la derrota de Tokio provocó una mezcla de tristeza y resignación.

"¿De veras?", preguntó Masaru Toda, de 58 años y que trabaja en una pescadería, cuando se le comunicó el resultado. "No estoy sorprendido. Recuerdo los Juegos Olímpicos de 1964. Era justo que se fuera a América del Sur", concluyó.

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