Este artículo se publicó hace 17 años.
Los líderes de la ASEAN aprueban un ambicioso plan para la creación del mercado único
El enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, mantendrá a partir de hoy entrevistas personales con algunos líderes regionales, después de que la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN) descartara una reunión oficial con el diplomático nigeriano.
Esta previsto que Gambari se entreviste esta noche con la presidenta filipina, Gloria Macapagal, y que el miércoles lo haga con la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark.
Gambari celebrará también mañana un encuentro con el primer ministro de Singapur, Lee Hsein Loong, que es a su vez el presidente de la ASEAN este año.
Lee había invitado a Gambari a mantener un encuentro el miércoles con los representantes de los 16 países que componen el Foro de Asia Oriental.
Sin embargo, la oferta fue retirada a petición de Birmania, que consideró que la reunión daría eco internacional a un conflicto que la Junta Militar birmana considera como un asunto exclusivamente doméstico.
Gambari llegó a Singapur el día que los jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de la ASEAN firmaron la carta de principios que posibilitará la creación de una comunidad económica regional para 2015.
Se trata de un documento de connotaciones históricas, por firmarse el año en que se cumple el 40 aniversario de la fundación de la ASEAN, y porque dota de un marco de directrices a un organismo que por vez primera se refuerza con una naturaleza legal.
La carta, que deberá ser aprobada en fechas sin detallar por cada país (vía parlamentaria o por referéndum), establece el camino para la consecución de tres objetivos básicos: integridad económica, respeto a los derechos humanos y una política medioambiental favorable al Protocolo de Kioto.
El primero de esos apartados tiene como documento base el Plan de la Comunidad Económica de la ASEAN, que apuesta por un mercado común en 2015 para los socios más avanzados (Singapur, Tailandia, Indonesia, Brunei, Filipinas y Malasia) y en 2020 para los miembros en desarrollo (Vietnam, Camboya, Laos y Birmania (Myanmar).
El documento se compromete a eliminar las barreras a productos y servicios y relaja las restricciones de flujo de capitales en aras a promover el desarrollo de los mercados.
El Plan también configura para 2015 la completa liberalización área de la región y a dar los pasos para lograr en un futuro la circulación de una misma moneda y posibilitar la circulación de sus ciudadanos con un mismo pasaporte.
Los redactores del Plan no ocultan que ha sido forjado para que la región no pierda el ritmo competitivo frente a las economías de China e India, y pierda protagonismo de cara a los inversores extranjeros.
El marco de integración económica dibujado por la ASEAN abarca un territorio de unos 550 millones de personas con un Producto Interior Bruto combinado que asciende a 2.750 billones de dólares.
Sin embargo, el primer ministro singapurés alertó de que la inversión internacional global en los mercados del Sudeste de Asia cayó del 7,7 por ciento del periodo 1992-1997 al 2,9 por ciento del de 1999-2005.
A ese desafío se une las disparidades económicas y sociales de los miembros de la ASEAN, un compendio de democracias limitadas (Singapur y Malasia); regímenes comunistas (Laos y Vietnam); gobiernos regidos por los militares (Birmania y Tailandia) y países condicionados por el peso de la corrupción (Filipinas e Indonesia).
El embrión de la futura constitución de la ASEAN también recalca que ese proyecto de integración ha de ir aparejado de un compromiso de respeto al medio ambiente, por medio de la aplicación de energías limpias tendentes a reducir la emisión de gases y evitar el cambio climático.
La carta de principios acuerda también el establecimiento de una comisión que velará por los derechos humanos en los países miembros, si bien el documento no especifica los mecanismos que se aplicarán para conseguir ese objetivo.
Los analistas opinan que ese cuerpo de derechos humanos tendrá un efecto limitado sobre Birmania, ya que depende de uno de los fundamentos de la ASEAN ratificados hoy en su apunte de constitución: el principio de no injerencia en los asuntos internos de los países miembros.
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