Este artículo se publicó hace 15 años.
La ley del silencio de Madoff
El financiero tenía como máxima que "el secreto" era la llave de su gestión
El financiero más famoso de esta crisis, BernardMadoff, utilizaba un método muy sencillo para engañar incluso a sus clientes más sofisticados: se negaba a contestar.
El fiscal del caso Madoff asegura que el financiero mentía por igual a todos sus clientes, básicamente, por omisión. El más grande de ellos, el fondo Fairfield Greenwich, que captaba dinero para que él lo gestionara, le preguntó varias veces cómo conseguía mantener la rentabilidad de las inversiones, según se desprende de una demanda presentada el pasado 1 de abril por el Estado de Massachusetts.
"El secreto, como la información, es una pieza clave para todo el mundo", le contestó el propio Madoff a la dirección del fondo el 19 de diciembre de 2005, según la transcripción de una cinta que se incluye como prueba en la demanda. Madoff les aconsejó entonces a los altos ejecutivos de la firma esquivar las preguntas de los reguladores. "Simplemente decir: no respondo", les instruyó el ex magnate, que comenzó la conversación que se recoge en la cinta con un "obviamente, este encuentro nunca ha tenido lugar".
La demanda presentada por Massachussetts pretende que se restituya a los inversores del Estado su dinero, alegando que Fairfield toleraba las evasivas del gestor y erró al no detectar su esquema piramidal. Durante el tiempo que duró el engaño, la firma se embolsó millones de dólares en comisiones que cobraba a los clientes por los fondos que captaba y que dejaba gestionar a Madoff. Las pérdidas para el fondo por culpa del fraude se calculan ahora en 7.000 millones de dólares.
Cegados por las comisiones"Estaban cegados por las comisiones que cobraban en lugar de atender el dinero de sus clientes", asegura el representante de Massachusetts. La firma ignoraba "cualquier dato que pudiera reventar su lucrativa burbuja", asegura en la demanda.
Madoff se declaró culpable de defraudar a los inversores usando dinero de los nuevos clientes para pagar a los viejos en el mayor fraude piramidal de la historia de los Estados Unidos. Antes de su arresto, el 11 de diciembre, había asegurado a sus clientes que tenía alrededor de 65.000 millones de dólares en las cuentas. Fairfield, como otros fondos, ha sido demandado por sus propios inversores.
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