Este artículo se publicó hace 14 años.
El jefe de Goldman, criticado en el Senado, dice habrá cambios
Los amos del universo tuvieron que bajar el martes a tierra.
Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sachs, el banco de inversión más poderoso del mundo, afrontó un duro interrogatorio de legisladores estadounidense sobre por qué su equipo de ventas colocó títulos entre clientes, pese a que pensaban que eran "basura" y que el banco apostó contra ellos.
Casi al final de 11 horas de interrogatorio en el Senado, admitió que las críticas a la empresa llevarán a un examen de conciencia interno y afirmó que "todo lo que ha sido objeto de críticas será reforzado", un indicativo de que la presión a Wall Street podría estar comenzando a cambiar comportamientos.
Blankfein, que regularmente bizqueaba como si estuviera confundido por las preguntas y fue interrumpido frecuentemente, dijo que no veía problemas en que un creador de mercado como Goldman tomara posiciones contrarias a las de sus clientes.
"No debería estar vendiendo basura. No debería estar apostando contra su propio cliente al mismo tiempo que le está vendiendo", dijo el senador Carl Levin, presidente de la subcomisión permanente de Investigaciones del Senado.
Blankfein, que el año pasado fue citado diciendo que hacía "la obra de Dios", fue el último de los directivos y antiguos cargos de Goldman Sachs Group que trataron de defenderse de acusaciones de que inflaron una burbuja inmobiliaria, vendieron a clientes títulos "de mierda" e hicieron miles de millones de dólares con el colapso del mercado.
Empleados y antiguos trabajadores dijeron que Goldman estaba administrando el riesgo de las posiciones individuales y no haciendo una apuesta general en contra del futuro del mercado de viviendas.
"La confianza de nuestros clientes no sólo es importante para nosotros, es esencial", insistió Blankfein. "Esa es la razón por la que somos una firma exitosa", añadió.
La sala de sesiones estaba llena de manifestantes, algunos con trajes de presidiarios, y portaban carteles rosados en los que se leía "Culpable" y "Goldman Banksters (en referencia a gángsteres)."
La sesión ilustró claramente el conflicto entre Washington y Wall Street sobre la responsabilidad de la crisis financiera, y la resistencia a algunas de las principales reformas financieras que el Gobierno del presidente Barack Obama está intentando aprobar en el Congreso.
POCO ARREPENTIMIENTO
Ejecutivos de Goldman se vieron incómodos cuando se les pedía que hojearan carpetas llenas de pruebas, de correos electrónicos y otras comunicaciones internas de Goldman.
Los ejecutivos insistieron que se hacían responsables de sus acciones, pero culparon de la crisis de la vivienda principalmente a asuntos más generales del sector, y no a su propia conducta.
El ex jefe de hipotecas, Dan Sparks, ofreció lo más cercano a una disculpa. "Creo que está claro que los estándares crediticios se volvieron laxos", sostuvo.
Levin dijo a Sparks y a otros ejecutivos, "Deberían estar muy arrepentidos".
El operador de bonos de Goldman Fabrice Tourre, la única persona nombrada en la denuncia del regulador de bolsa, la SEC, dijo que no escondió información a los clientes, en su primera aparición pública desde que la Comisión de Valores de Estados Unidos lo acusara a él y a Goldman de fraude en una demanda civil, por supuestamente ocultar detalles de un negocio a los inversores.
Consultado sobre si Goldman tiene el deber de informar a los clientes cuando apuesta contra ellos, Tourre respondió que la firma tiene el deber de comprar y vender títulos de los clientes, y añadió: "No tenemos el deber de ser asesores de inversiones".
Goldman se ha vuelto el pararrayos de la críticas sobre la conducta de los operadores, antes y durante la crisis financiera, que tuvo su auge en 2008 y fue el peor bajón económico desde la Gran Depresión.
La subcomisión ha mantenido una serie de audiencias sobre los orígenes de la crisis, apoyando el trabajo de un proyecto para reformar las regulaciones financieras.
Las vistas recordaron a las de la Comisión Pecora que empezaron en 1932 e investigaron las causas del derrumbe de la bolsa de 1929. Esas sesiones encontraron prácticas reñidas con la ética que iban desde inversores puestos de acuerdo para manipular los precios de las acciones y ventas de acciones a amigos de J.P. Morgan a precios de descuento.
El titular de esa comisión, Ferdinand Pecora, suele ser recordado por popularizar la palabra "bankster", que en inglés combina los vocablos "banquero" y "gángster."
Las acciones de Goldman Sachs subieron un 0,7 por ciento a 153,04 dólares, al cierre de las operaciones del martes, desafiando una caída de casi el dos por ciento del mercado por la baja de calificación crediticia a Grecia y Portugal.
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