La dirección palestina expresó ayer su disgusto tras el anuncio de que Israel prepara la construcción de 455 viviendas en varias colonias judías de Cisjordania que se sumarán a las aproximadamente 2.500 que ya están en construcción o han sido aprobadas.

La medida significa que la expansión israelí en los territorios ocupados seguirá adelante a pesar de los esfuerzos de la administración de EEUU que exige que se deje de construir como condición fundamental para el proceso de paz.

El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, manifestó que el anuncio 'socava la fe en el proceso de paz' y descarta a Israel como 'socio creíble' en las negociaciones que previsiblemente se reanudarán este mes durante la Asamblea General de la ONU.

El titular israelí de Defensa, Ehud Barak, firmó ayer la autorización de las nuevas viviendas en varios asentamientos entre los que están Har Guilo (130 viviendas), Maale Adumim (60), Beitar Ilit (60), Modiin Ilit (60) y Guivat Zeev (40). Barak dijo que la decisión responde al 'consenso' de los partidos sionistas.

Durante el pasado fin de semana, el primer ministro, Binyamin Netanyahu, se reunió con varios ministros para aclararles que no habrá una 'congelación' de las obras, como exigen EEUU y la Unión Europea, ni tampoco una 'moratoria', como él mismo había dicho. Precisó que sólo se trata de una simple 'reducción' en el nivel de construcción.

A los palestinos no les quedará más remedio que pasar por el aro una vez más, puesto que no parece que nadie vaya a exigir a Netanyahu una paralización completa de las obras, como figura en la Hoja de Ruta que los mismos EEUU lanzaron bajo el mandato de George Bush.

Unos 300.000 colonos residen en más de 100 asentamientos repartidos por Cisjordania, y otros 200.000 lo hacen en Jerusalén este, los dos territorios donde, junto a Gaza, se establecería el futuro estado palestino.