Este artículo se publicó hace 16 años.
Insultos al alcalde de Sevilla en el homenaje a Jiménez-Becerril
Calle San Remondo, 30 de enero. Se cumplen diez años desde que, en esa mismo rincón, ETA asesinase a Alberto Jiménez-Becerril, concejal del PP en Sevilla, y Ascensión García, su esposa. La fecha es motivo de homenaje. Pero todo se estropea. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), cierra su intervención con un poema cuando una señora, entre la multitud que se arrebuja para asistir a la ofrenda floral, le grita: “Menos poesía y más ilegalización”.
“Sinvergüenza”, continúa la señora, ya crecida, sabiéndose enfocada. “Estáis traicionando a España”. Es entonces cuando la esposa de Monteseirín, Felisa Tomás, que ya había visto antes cómo varias personas increpaban a su marido, explota. Al borde de las lágrimas, se dirige a la señora: “Tú no sabes lo que es vivir así. Es muy triste, mis hijos no pueden ni abrir el buzón de mi casa”. La espontánea se marcha maldiciendo. Personal del Ayuntamiento aleja del lugar a la esposa del alcalde.
Cuestionado por Público sobre el incidente, Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT, lo calificó de “totalmente lamentable”, pero puntualizó que él también había sido insultado. “Me han llamado caradura”, dijo. Lo ocurrido “no tiene justificación”, insistió, si bien afirmó que el Gobierno tiene “responsabilidad en el clima de división social”.
Sí se mostró más comprensiva con la mujer que insultó al alcalde María del Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, concejal de Ermua del PP asesinado por ETA. “Puedo llegar a entenderlo”, dijo a este periódico. “Ven a políticos que nunca han hecho nada por las víctimas pero que luego aprovechan estas ocasiones sensibles para hacerse la foto”, dijo.
El incidente agrió el ambiente del homenaje celebrado ayer, que había comenzado con una misa en la Catedral oficiada por el cardenal Carlos Amigo Vallejo. En su homilía ya hubo quien percibió voltaje político. “Nada hay más apreciable que la paz, pero no puede ser el resultado satisfactorio de una contienda”, dijo desde el púlpito.
A la salida de la Catedral (antes aún del incidente), varios dirigentes del PP aprovecharon para lanzar mensajes contra el Gobierno. Muy duro fue Carlos Iturgaiz, ex presidente del PP vasco, que acusó al Gobierno de “cortar la cola, y no la cabeza, de la serpiente [símbolo de ETA]”.
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