Este artículo se publicó hace 14 años.
La guerra de los controladores amenaza la Semana Santa
Fomento estudia medidas tras romperse la negociación entre Aena y el colectivo
La batalla de los controladores se ha convertido en una guerra abierta que plantea la amenaza de un caos en los aeropuertos en Semana Santa, como ya pasó en Navidad. El martes por la noche se rompieron las negociaciones sobre el convenio colectivo de estos profesionales, una ruptura de la que se culpan mutuamente Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) y el sindicato mayoritario de controladores, Usca. El miércoles, Aena pidió la intervención del Ministerio de Fomento en el conflicto, que estudia medidas para resolverlo.
La pelota está ahora en el tejado de la Dirección General de Aviación Civil del ministerio, cuyos técnicos analizan las posibilidades de encauzar el proceso, según explican fuentes de Fomento. Recurrir al arbitraje (mediación de una tercera parte) para lograr un acuerdo o una solución forzosa (a través de un laudo) es una posibilidad que no se descarta, como ya dijo hace días el ministro de Fomento, José Blanco. El único precedente similar es el laudo obligatorio a los pilotos de Iberia en 2001.
Aunque tampoco es descartable que Fomento llame a Usca a una nueva mesa de negociación. Si bien, el sindicato, que este miércoles sugirió que Fomento optará por judicializar el conflicto, ya ha tomado la delantera en este sentido puesto que denunciará ante la Audiencia Nacional un incumplimiento de Aena de dos pactos para aumentar la plantilla.
El objetivo primordial para el ministerio es asegurar la normalidad de las operaciones en los aeropuertos de cara a la Semana Santa. Blanco, señaló el miércoles que "garantizar" el funcionamiento correcto del control aéreo es su "obligación", informa Efe.
Desde Huelva, donde acudió a un acto, el ministro apeló indirectamente a la responsabilidad de los controladores al confiar en que "todo el mundo actúe conforme a la ley y no se causen perjuicios ni a los ciudadanos ni al turismo". El conflicto ha explotado dos meses antes de Semana Santa y el sector turístico teme que haga disminuir las reservas para esas vacaciones.
Para Blanco, es una prioridad lograr reducir en este trimestre los salarios de los controladores para que las tasas de navegación determinadas en un 70% por estas remuneraciones de hasta 900.000 euros al año y 340.000 euros de media dejen de ser las más altas de Europa. Aún queda tiempo para negociar, pero este se acaba el 1 de abril, que es cuando caduca el acuerdo de ampliación de jornada de los controladores a través de horas extra. Si a partir de ese primer día de Semana Santa, los 2.400 profesionales sólo hicieran horas fijas, a priori no podrían atender las tareas de control con normalidad.
El miércoles, el presidente de Aena, Juan Ignacio Lema, acusó a los controladores de repetir su estrategia de "alargar artificialmente el conflicto" para que Aena prorrogue el acuerdo de horas extra y de "tomar como rehenes a los pasajeros para imponer condiciones inaceptables". Abrió, además, la vía a contratar controladores europeos y otros técnicos.
Por su parte, el presidente del sindicato Usca, Juan María García Gil, culpó al Gobierno de "querer reventar al colectivo para hacer propaganda política". El secretario de Comunicación, Rafael López, insistió en que "no habrá huelgas", ni "encubiertas". "No vamos a caer en la trampa para que haya un laudo", señaló, y aseguró que "si dejamos de trabajar en Semana Santa" será culpa de Aena.
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