Este artículo se publicó hace 13 años.
El Gobierno griego explica al Parlamento los nuevos recortes
"Es la única opción para salvar la economía", dice el ministro de Finanzas Angelos Venizelos. Grecia eliminará 50.000 puestos públicos
El ministro griego de Finanzas, Angelos Venizelos, reconoció este miércoles que Grecia deberá tomar medidas adicionales de austeridad tras las dos jornadas de negociaciones con sus acreedores internacionales.
En una dramática intervención en el Parlamento, el ministro aseguró que declaró a los legisladores: "Si quieren que salvemos la economía hay que cumplir con las reformas estructurales y fiscales", dijo a los diputados, horas antes del previsto anuncio de nuevos recortes de sueldos y pensiones, así como la reducción de hasta 50.000 empleos públicos este año.
"No pondremos en peligro la existencia del país por un 0,001 por ciento del PIB internacional o europeo", dijo Venizelos en referencia al dinero que se ahorraría con esos ajustes adicionales. Venizelos declaró además que "aunque los acreedores extranjeros no nos pidieran llegar a un superávit primario para 2012, nosotros deberíamos hacerlo por propia iniciativa".
El ministro anunció que si se cumple con el programa de medidas "en 2012 tendremos un superávit primario de 3.000 millones de euros". Aseguró además, que el acuerdo alcanzado por la cumbre de la zona euro el pasado 21 de julio para entregar un nuevo paquete de ayuda a Grecia por valor de 160.000 millones de euros es de importancia "existencial" para el país y toda Europa.
A cambio de esa ayuda, al igual que pasó con el primer rescate de mayo de 2010, Grecia se comprometió a un plan de reformas y un drástico recorte de los gastos del Estado. Venizelos afirmó también que la eurozona debe de enviar el mensaje de que puede resolver la crisis en Grecia, y se preguntó que si "la zona de euro no puede resolver el problema griego, entonces qué puede hacer", dijo el ministro al recordar que la economía helena es sólo el 2 % de la UE.
La troika acordó ayer con Grecia que volvería a Atenas la semana que viene para concluir su informe sobre el ritmo de ajustes en Grecia, después de abandonar de forma sorpresiva el país el pasado 2 de septiembre en desacuerdo con la marcha de los recortes.
Del informe favorable de los acreedores depende la liberación de un nuevo tramo crediticio de 8.000 millones de euros, indispensables para que Grecia evite una suspensión de pagos dado que carece de liquidez más allá de octubre.
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