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Gala Évora, ex Papá Levante, debuta en solitario con "Agua y Luz"

EFE

Formó parte de Papá Levante, después se convirtió en Lola Flores dirigida por Miguel Hermoso en el filme "Lola", y ahora, con "Agua y Luz", su primer disco en solitario, Gala Évora es, por primera vez, ella misma, una mujer tan "clara y transparente" como los elementos esenciales que dan título al álbum.

"Agua y Luz" son once canciones donde Gala pone su voz de raíz flamenca al servicio de ritmos africanos, brasileños y caribeños, y en las que destacan las colaboraciones de Luis Pastor o el músico africano Salif Keita, y las versiones de temas como "De haberlo sabido", de Quique González, o el homenaje a Lola en "Ay, pena, penita".

"Es un trabajo que plasma muy bien mi personalidad y que muestra que soy una persona de mundo", explica la cantante en una entrevista con Efe, al tiempo que reconoce lo "sorprendente" que puede resultar su apuesta actual: "el fruto de una evolución".

Heredera de una saga de músicos, Gala se ha rodeado de todos ellos, en especial de su primo Carlos Sanlúcar, que compone seis temas, para lanzar esta apuesta por el flamenco étnico y con sabor a mestizaje, "que no nace para vender ni para ser el éxito del verano sino para demostrar que detrás de Gala Évora hay una artista con una carrera a largo plazo".

Gala creció con las influencias de amigos de la familia como Camarón, Rocío Jurado o Enrique Morente, y en el año 2000 eligió como carta de presentación el grupo Papá Levante, donde "hizo tablas" publicando tres discos.

"Mucha gente tiene prejuicios y ve mis antecedentes como algo negativo", explica la cantante, quien insiste en que hay que ir más allá del coreado estribillo "me pongo colorada cuando me miras" para ver en este grupo "una escuela" donde lo aprendió todo.

El año pasado Gala pasó de estar "camuflada" en un grupo de seis amigas a conseguir el reconocimiento en el cine, con nominación a los Goya incluida, por su interpretación de "La Faraona", en "Lola, la película".

"Mi experiencia fue increíble y maravillosa, supuso un gran reto tanto profesional como personal", destaca Gala, quien admite que tras el rodaje le costó volver a encontrarse a sí misma: "el personaje era tan fuerte y me entregué tanto que había días en los que me miraba en el espejo y sólo venía a Lola".

Inmersa en la promoción de "Agua y Luz", Gala no olvida el cine y adelanta un nuevo proyecto que aún se está gestando: "todavía no tiene mi firma, pero por fin me ha llegado un guión que me ha hecho llorar y reír, y a mí eso es lo que me gusta, trabajar en cosas que me emocionen".

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