El fiscal mantiene la pena de 95 años para Kantauri por el asesinato de dos policías en 1987

El fiscal de la Audiencia Nacional Juan Moral ha mantenido hoy su petición de 95 años de cárcel para el ex dirigente etarra José Javier Arizcuren Ruiz, "Kantauri", por el asesinato de dos policías en Vitoria en 1987, que murieron al estallar una bomba al paso del vehículo en el que patrullaban.

Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, "Kantauri", junto con los miembros de ETA Juan Carlos Arruti Azpitarte, condenado por estos hechos, y María Soledad Iparragirre, en situación de rebeldía, colocaron una bomba en una curva de la carretera del Alto de Armentia de Vitoria el 6 de agosto de 1987, con el objetivo de matar a los policías que vigilaban la zona.

La bomba alcanzó al vehículo policial y mató en el acto a los agentes Rafael Mucientes y Antonio Ligero, además de causar heridas a una mujer.

En la vista han comparecido como testigos dos de los policías que patrullaban cerca del lugar donde ocurrió el atentado, y han confirmado que era una zona por la que los fallecidos pasaban "con mucha frecuencia".

Según el Ministerio Público, "Kantauri", con los otros dos miembros del comando que llevaron a cabo el atentado, se alojó en el domicilio de otros integrantes de la banda y, para evitar su detención, le trasladaron hasta la localidad de Ochandino, desde donde los tres etarras pasaron a Francia.

Juan Carlos Arruti Azpitarte, Iñaki Fernández de Larrinoa y Pilar López de Luzuriaga, todos en prisión por estos hechos -los dos últimos por alojar y trasladar a los etarras- han asegurado que sus declaraciones no son válidas porque se produjeron bajo presiones policiales, y que no recuerdan los hechos, porque "ha pasado mucho tiempo".

Por el contrario, los agentes que tomaron declaración a estos presos han asegurado que ellos reconocieron voluntariamente su participación en los hechos, así como que "Kantauri" era el autor de los mismos.

En la lectura de su informe de conclusiones finales el fiscal ha mostrado su confianza en que el tribunal condene al acusado, porque, según ha recordado, "ya hubo una primera sentencia condenatoria por estos hechos, que se dictó con la misma prueba de la que hoy disponemos".