Este artículo se publicó hace 14 años.
ETA creó un gran comando para robar seis coches
El asalto a un concesionario acaba con el asesinato de un policía a las afueras de París. El terrorista disparó para rescatar a otros etarras
El plan para asaltar un concesionario en Francia y robar seis coches de una sola vez es la última expresión de la decisión de ETA por enfrentar la adversidad con nuevos métodos que desorienten a las Fuerzas de Seguridad, aunque para eso tenga querecurrir a jóvenes de gatillo fácil que convierten una acción limpia en un nuevo paso hacia el abismo.
Tras intentar mudar su principal fábrica de bombas a Portugal e instalar una base logística en Catalunya, la última idea de los dirigentes de ETA acabó en la noche del martes con el primer miembro de las fuerzas de seguridad francesas asesinado en la historia de la banda y un terrorista detenido. También con cinco de los seis coches recuperados por la policía gala y con la izquierda abertzale contra las cuerdas, incapaz de condenar el asesinato de Jean-Serge Nérin, patrullero policial de 54 años y padre de cuatro hijos.
La policía atribuye el asalto a las dificultades que atraviesa ETA
El asalto al concesionario de Dammarie-lès-Lys, al sur de París, provocó tal desconcierto entre los investigadores franceses que aún ayer resultaba difícil establecer un relato coherente de los hechos. Se sabe que alrededor de las siete de la tarde, una decena de terroristas irrumpió en Auto Contact, establecimiento situado junto a una carretera local, alejado de cualquier núcleo urbano. Los etarras obligaron al encargado a que les entregara las llaves de cinco coches, lo amordazaron y le robaron las de su propiovehículo, un BMW.
El relato se retoma un cuarto de hora después a un kilómetro del concesionario. Una patrulla formada por cuatro agentes sospecha de un vehículo que se adentra por una pista de tierra a gran velocidad. Al acercarse, los agentes comprueban que cuatro individuos, junto a otros tantos coches, repostan con bidones de gasolina. La escena les resulta lo suficientemente sospechosa como para desenfundar sus armas y proceder a detenerlos, pero en ese momento irrumpe un nuevo coche en la escena. Desde ese vehículo, alguien comienza a disparar contralos policías.
Todo ocurre en pocos segundos, los que utilizan tres de los terroristas para huir, dos a pie y uno en el coche desde el que se habían realizado los disparos. Uno de los que huyen había sido ya esposado, según fuentes policiales francesas. El cuarto, Joseba Fernández Aspurz, de 27 años, es retenido por los agentes, que se preocupan por auxiliar a su compañero herido.
La banda podría haber cometido más robos por el mismo método
A pesar de llevar el chaleco antibalas, el brigada jefe Nérin recibió dos impactos en el tórax que le causaron la muerte una hora después en un hospital cercano. En la refriega, los terroristas perdieron un revólver Magnum 357 procedente del asalto a una empresa de armas en Vauvert en octubre de 2006.
Las Fuerzas de Seguridad francesas pusieron en marcha una operación de búsqueda y captura que al cierre de esta edición, treinta horas después del tiroteo, no había ofrecido más resultados que el hallazgo de cinco de los coches sustraídos.
Ahorrar efectivosLos responsables españoles de la lucha antiterrorista atribuyen el asalto del martes a las estrecheces que vive la banda. No descartan que haya practicado robos de coches de este tipo en el pasado y que no haya trascendido la verdadera autoría, atribuyéndose a la delincuencia común. Así evita tener a varios grupos dedicados al robo de coches, añaden.
En cuanto a la decisión de disparar contra los policías franceses, la asamblea abierta por la dirección de ETA tras la última tregua recogió aportaciones favorables a comenzar a atentar contra uniformados galos. Sin embargo, el apoyo a esta iniciativa resultó minoritario y no fue recogida en las conclusiones.
El último arresto de un etarra se había producido el jueves en el aeropuerto de Lisboa. Andoni Zengotitabengoa era uno de los encargados de instalar un taller de bombas al norte de la capital portuguesa. Pasó tres semanas escondido, incapaz de alcanzar Francia y sin entablar contacto con sus jefes. Cuando fue arrestado, intentaba tomar un vuelo rumbo a Caracas. Presentó a los policías un pasaporte mexicano mal falsificado que había tenido que comprar en el mercado negro.
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