Público
Público

"Este país es el único que no se arrepiente de su fascismo"

Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República, batalla ahora ante la Justicia para rescatar la figura del abuelo olvidado y dignificar a las víctimas de la dictadura

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

Era un abuelo fabuloso', recuerda Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República. Discípulo de Ramón y Cajal y profesor de Severo Ochoa, Juan Negrín interrumpió esta cadena del Nobel para entregarse a la política. 'Nunca le escuché arrepentirse', trae a la memoria Carmen, que convivió con él, en París, durante 10 años. Aún reside en la misma casa. Su abuelo perdió la guerra dos veces.

Contra Franco y contra el PSOE, que lo expulsó en 1946. Su figura está nublada por la leyenda negra que forjó el franquismo sin que el Partido Socialista ayudara a limpiarla. Unos le acusaron de esquilmar las reservas del Banco de España; los otros, de perder la Guerra Civil. Su tumba, en el cementerio parisino de Père Lachaise, es difícil de encontrar. Dispuso que sobre su lápida sólo figuraran las iniciales J. N. L. Carmen Negrín batalla ahora ante la Justicia para rescatar la figura del abuelo olvidado y dignificar a las víctimas de la dictadura.

¿Cómo era Juan Negrín?

Era una persona atenta, tierna, exigente... y muy crítico, algo que nos inculcó a sus nietos.

Tenía un perfil atípico para la época: era un científico con formación internacional, varios idiomas...

En su biblioteca y en el dormitorio tenía un retrato de Erasmo de Rotterdam. Era su ídolo, eso da una idea.

¿Es uno de los personajes menos comprendidos de la II República?

Se ha querido tapar su figura, desde luego. Se entiende que lo hiciera el franquismo, por el peligro que representaba para la dictadura por su cargo. De ahí la leyenda negra que le persigue. Esta actitud se comprende menos en sus correligionarios, aunque se puede explicar desde la frustración de perder la guerra.

¿Al ser expulsado del PSOE fue doblemente derrotado?

La guerra se perdió casi desde el principio, porque el bando republicano no disponía de armas. Cuando llegó a la presidencia, logró resistir dos años más. ¿Dos años suman más muertos? Él sabía qué ocurriría si ganaba Franco, porque conocía las matanzas de los sublevados cuando conquistaban una ciudad y la limpiaban de adversarios. Por eso creyó necesario resistir, según se acercaba el comienzo de la II Guerra Mundial. Si lo hubiera conseguido, España no habría tenido 40 años de dictadura.

¿Cuál es la acusación más injusta que se ha lanzado contra Negrín?

Lo que más le dolió fue la ruptura con Indalecio Prieto, porque eran compañeros, aunque nunca le escuché atacarlo. Las otras críticas le daban igual; tenía un caparazón muy fuerte.

¿Críticas cómo el famoso envío del oro del Banco de España a Moscú?

Eso son tonterías. Los papeles están en España desde 1956 y demuestran con cuánta mala fe lo trataron.

El PSOE rehabilitó su nombre en julio de 2008. ¿Por qué tanto tiempo después?

Es lógico. El Partido Socialista siguió la línea de Prieto. Eso lo explica.

¿Qué sería necesario para reparar la figura del presidente Negrín?

Estará reparada el día que deje de oír ciertas críticas primitivas y se le conceda la notoriedad que le corresponde. Fuera, la gente acoge mi apellido con respeto. En España, sin embargo, aún hay reacciones diversas. El mejor homenaje que se le podría hacer es que se produjera realmente una reconciliación y que la historia de aquellos años sea mejor conocida.

Cuando se pide reparación para las víctimas de la dictadura, la derecha advierte del peligro de reabrir heridas

¿Qué heridas? ¿Quiénes fueron los heridos? Esencialmente los que defendieron la legalidad. No reabrimos ninguna herida. Pedimos, simplemente, un mínimo de justicia.

A Negrín le fue arrebatada su nacionalidad. ¿Se le debería restituir de manera simbólica como muestra de respeto a un presidente del Gobierno español?

Cada vez que viajaba, escribía la palabra 'español' cuando preguntaban por su nacionalidad, luego se lo tachaban, pero volvía a hacerlo. Siempre se sintió español.

¿Qué opina de la Ley de Memoria Histórica?

Se queda un poco corta y tiene algunos defectos. Deja asuntos pendientes: los juicios sumarios o las desapariciones, por ejemplo. ¿Que no se puede meter en la cárcel a la gente que quizá lo hubiera merecido? ¿Qué ya están muertos? Tanto mejor para ellos, pero queda cierta frustración en sus víctimas.

¿Por qué no es posible hacer en España lo que sí se ha conseguido en Argentina o en Chile?

Habría que preguntar a la Justicia. Para empezar, hay una falta de conciencia política y de conocimiento. Luego, puede haber otras implicaciones, costes económicos... No lo sé.

¿Le falta valentía al Gobierno para encarar la Memoria Histórica?

No me corresponde a mí hacer esa crítica. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo, pero quedan muchas huellas del fascismo. Comparemos Alemania con España: tuvieron dos gobiernos fascistas que practicaron el genocidio. En Alemania sí han tomado conciencia y se ha prohibido fomentar esa ideología. Aquí no; aquí es parte de nuestra vida cotidiana. España tiene el triste privilegio de ser el único país que ha sido fascista y que nunca se ha arrepentido de serlo.

¿Por qué se personó en la causa iniciada por el juez Garzón contra el franquismo?

Es lo mínimo que podía hacer por la historia de mi familia. La investigación del juez no es tiempo perdido.

Negrín acumuló un archivo de enorme importancia que se encuentra fuera de España y administra usted. ¿Cuándo podrán regresar esos fondos?

Por mí, lo más pronto posible. Pero hay un pequeño problema técnico y financiero. Hay que microfilmarlo antes y eso precisa de medios.

¿No le ha ofrecido ayuda el Ministerio de Cultura?

Estamos en negociaciones.

¿Los fondos viajarían a Canarias o a Salamanca?

Negrín nació en Canarias. Yo había pensado llevarlos allí antes de que se interesara Cultura. Además, Internet facilita que no importe tanto dónde se encuentren físicamente.

¿Cuál es la joya de la corona de ese archivo?

Cada historiador, según lo que busque, encontrará muchas joyas. Esos fondos preservan la memoria de la presidencia del Gobierno durante la Guerra Civil y el exilio.

¿Concede a algún documento un valor sentimental especial?

La carta en la que el presidente de México Lázaro Cárdenas aceptó que pudieran ir todos los refugiados españoles a su país. Es un texto de una página, manuscrito en papel azul, y sellado con el escudo mexicano. Para mí, tiene un significado especial.

¿Esa carta estará pronto en España?

Siendo optimista, en un año, y si soy pesimista, quizá en dos.

La sala de lo penal del Tribunal Supremo rechazó ayer uno de los recursos que Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República, puso ante el pleno de la Audiencia Nacional. Su recurso atacaba dos decisiones de este tribunal relacionadas con la causa abierta por el juez Baltasar Garzón en relación con los crímenes del franquismo.

El primero de ellos, rechazado ayer, niega que los jueces de la Audiencia prevaricaran (tomar una decisión a sabiendas de que es injusta) al paralizar la apertura de fosas ordenada por Garzón. Ahora falta que el Supremo decida sobre la competencia de la Audiencia para juzgar los delitos que pretendía investigar el juez. Carmen Negrín espera ahora que el Supremo devuelva la competencia a Garzón.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias