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Los españoles mantienen la tradición de ir a los cementerios a pesar del puente festivo

EFE

Los españoles han mantenido hoy la tradición de acudir a los cementerios para honrar a sus muertos en el día de Todos los Santos, a pesar del puente festivo, que provoca que millones de personas se desplacen de sus lugares de residencia habitual a otros destinos vacacionales.

Los 22 cementerios de Madrid acogerán durante esta jornada la visita de cerca de un millón de personas, una cifra similar a la de años anteriores, según ha explicado a Efe el director de Servicios de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, Gabino Abánades.

Cumpliendo la tradición, desde primera hora de la mañana se ha podido escuchar el sonido de los estropajos limpiando lápidas y nichos en el cementerio de la Almudena, la necrópolis más grande de Madrid, similar en extensión a la ciudad de Segovia y en donde se encuentran enterradas 1.100.000 personas.

En este cementerio, cubierta de rosas y decorada con la bandera tricolor de la Segunda República, se encuentra la pared de ladrillo en la que fueron fusiladas Las Trece Rosas, un grupo de jóvenes defensoras del bando republicano cuya muerte ha sido recientemente llevada al cine por el director Emilio Martínez-Lázaro.

Como cada año en este día, los vecinos de la localidad onubense de Isla Cristina, fundamentalmente los jóvenes, han pasado buena parte de la jornada comiendo castañas junto al camposanto, alrededor de las hogueras donde asan este fruto, que combinan con otro tipo de alimentos y bebidas.

Aunque no se conoce con exactitud el origen de esta tradición, que se ha ido asentando con el paso de los años, parece ser que procede de la costumbre de visitar el cementerio del municipio desde la noche anterior al Día de Todos los Santos para velar a los muertos, y, para soportar el frío, asaban las castañas y se las comían.

Los vizcaínos no han faltado tampoco a la tradicional visita a sus difuntos y, aunque muchos adelantaron esa cita por el puente festivo, esta tradición está cambiando en los últimos años a causa del aumento de las incineraciones y del paulatino abandono de las prácticas religiosas.

Pese a que los floristas auguraron este año un descenso de ventas, en los camposantos españoles no han faltado ni claveles, ni rosas, ni gladiolos para honrar la memoria de los muertos.

Esta disminución de la venta de flores contrasta con el aumento de las de los dulces tradicionales de estas fechas, como los buñuelos de viento y los huesos de santo.

Las visitas a los cementerios han provocado retenciones de tráfico en algunas ciudades como Córdoba y Barcelona, en las que se han diseñado dispositivos especiales para facilitar los accesos.

En el cementerio municipal de Alicante, decenas de flores han tapizado el mármol blanco de la tumba del poeta Miguel Hernández, donde también descansan los restos mortales de su esposa, Josefina Manresa, y del hijo de ambos, Manuel Miguel.

El Ayuntamiento de Paterna (Valencia) ha colocado una corona de flores con los colores republicanos en un monumento a las víctimas del franquismo en el cementerio municipal entre los abucheos de sus familiares.

Esta protesta se ha producido después de que el consistorio retirara, la semana pasada, una ofrenda floral con esos colores en el monolito y la sustituyera por otra con los de la bandera del Vaticano.

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