La escalada del crudo parece no tener límite

El barril de crudo se encareció hoy más de diez dólares en Nueva York y Londres, en una jornada histórica que dejó la impresión de que la escalada actual no tiene límites y causará más sufrimientos a empresas y a consumidores.

El petróleo de Texas llegó a negociarse hoy en el mercado neoyorquino a 139,01 dólares por barril, poco antes de cerrar la sesión a un precio histórico de 138,54 dólares.

En Londres el barril de Brent tocó un máximo de 138,12 dólares y cerró también a un precio récord de 137,69 dólares.

Los incrementos sin precedentes en ambos mercados amenazan con dejar pronto obsoletas las previsiones más atrevidas de algunos expertos, que aventuraban que se superarían los 140 e incluso los 150 dólares en la segunda mitad del año.

El analista del banco de inversión Morgan Stanley Ole Slorer advertía hoy que el barril de crudo podría alcanzar los 150 dólares hacia el 4 de julio, lo que, como ocurrió con predicciones similares anteriores, espoleó el ánimo comprador en los mercados.

Los operadores ya mostraron en los inicios de la sesión neoyorquina que estaban dispuestos a mantener los precios al alza, como ocurrió el jueves, a la vista de la debilidad del dólar ante el euro y otras divisas.

La moneda europea se cambiaba hoy a más de 1,57 dólares, desde los 1,55 dólares del día anterior.

La depreciación del "billete verde" favorece las compras de petróleo y de otras materias primas que se negocian en dólares, al resultar más baratas cuando se usan monedas fortalecidas frente a la estadounidense.

La pérdida de vigor del dólar fue consecuencia de los desfavorables datos del mercado laboral en mayo en Estados Unidos, donde la tasa de paro subió cinco décimas, hasta el 5,5 por ciento, y se perdieron 49.000 empleos.

Ese escenario alentó expectativas de que los tipos de interés podrían bajar más, a causa de la erosión del empleo y de una menor actividad económica.

Esa perspectiva contrasta con la que se tiene en la eurozona, después de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, apuntara el jueves que los tipos podrían subir en julio por los riesgos inflacionarios que genera el encarecimiento de la energía.

La imparable carestía de los carburantes suscita cada día más preocupación también entre los empresarios y los consumidores de numerosos países. En España y Chile, por ejemplo, los transportistas han protestado en la calle contra la subida de los carburantes.

En Estados Unidos el galón de diesel se vendía hoy a 4,76 dólares, tres centavos por debajo del récord del pasado 30 de mayo, pero un 12,3 por ciento más caro que hace un mes.

Además del transporte por carretera, la carestía del fuel ha puesto a las aerolíneas de EE.UU. en la situación más crítica que afrontan desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

"El sector está en crisis. Su modelo de negocio no funciona con este precio del carburante y la actual capacidad", aseguró esta semana el presidente de Continental, Larry Kellner.

Esa aerolínea anunció el jueves que eliminará 3.000 empleos y retirará 67 aviones para reducir el incremento de costes. Un día antes United adelantaba que recortará un 14 por ciento su capacidad nacional y eliminará entre 1.400 y 1.600 puestos de trabajo por las mismas razones.

Empresas como Dow Chemical también han aumentado los precios de sus productos, debido al fuerte encarecimiento del petróleo y otras materias primas.

También los fabricantes de automóviles se ven obligados a aplicar drásticos ajustes en sus planes de producción, ante el cambio de hábitos que la subida de la gasolina provoca en los consumidores.

Las ventas de autos en Estados Unidos bajaron con fuerza en mayo y General Motors y Ford, entre otros fabricantes, han anunciado planes para recortar la producción de vehículos grandes e incrementar la de autos mas pequeños y que consumen menos.

Los precios del crudo y de los combustibles subieron esta semana a pesar incluso de nuevos signos de que retrocede la demanda en EE.UU. y sin haberse producido interrupciones serias de los suministros a causa de fenómenos meteorológicos o de otro tipo.