Este artículo se publicó hace 12 años.
Más dudas sobre los antidepresivos durante el embarazo
Por Amy Norton
Un estudio realizado enEstados Unidos sugiere que las mujeres que toman antidepresivosserían más propensas a tener un parto prematuro o que sus bebéstengan una convulsión después del parto, según publica AmericanJournal of Obstetrics & Gynecology.
Los autores hallaron entre casi 229.000 recién nacidos deTennessee que los que eran hijos de mujeres que habían utilizadoantidepresivos en el segundo trimestre de embarazo tendían anacer prematuramente.
Si las mujeres habían renovado dos o tres recetas deantidepresivos durante el segundo trimestre, sus bebés nacíanentre cuatro y cinco días antes que otros bebés.
Además, los recién nacidos eran más propensos a tenerconvulsiones si sus madres habían tomado algún inhibidorselectivo de la recaptación de la serotonina (ISRS) en el tercertrimestre de gestación.
Los ISRS incluyen productos como la fluoxetina (Prozac), lasertralina (Zoloft), el citalopram (Celexa) y la paroxetina(Paxil).
Las convulsiones en los recién nacidos no son comunes y aúncuando el riesgo aumente, la posibilidad de que le ocurran a unbebé es muy baja, explicó el doctor Richard C. Shelton, coautordel estudio. Además, esas convulsiones no causarían un dañocrónico.
De todos modos, suspender el uso de los antidepresivosdurante el embarazo, si es posible, es la mejor opción, segúnopinó Shelton, profesor de la University of Alabama, enBirmingham.
Dicho eso, Shelton señaló que la depresión es un riesgo parael embarazo. Entonces, según la gravedad de los síntomas,continuar el tratamiento sería lo mejor en los casos más graves.
"Las mujeres deben conversarlo con sus médicos", dijoShelton, que al momento del estudio trabajaba con su equipo enla Facultad de Medicina de la Vanderbilt University, enNashville.
Los resultados surgen de 228.876 mujeres de Tennessee quetuvieron un bebé entre 1995 y el 2007. Todas eran beneficiariasde la cobertura federal Medicaid.
En total, 23.280 mujeres habían utilizado antidepresivosantes del embarazo y la mayoría (el 75 por ciento) suspendió losmedicamentos antes del segundo trimestre de gestación. Las quecontinuaron el tratamiento, tendieron a comenzar antes con eltrabajo de parto.
Por cada receta que las mujeres renovaban en ese trimestre,se duplicó el riesgo de que se adelantara el trabajo de parto.
Al 27 por ciento de las mujeres se le adelantó el trabajo departo, aunque no necesariamente tuvieron un parto prematuro. Latasa de parto prematuro fue de menos del 14 por ciento.
Y entre las usuarias de ISRS durante el tercer trimestre, elriesgo de que el bebé tuviera convulsiones después del partoaumentó junto con la cantidad de recetas renovadas.
Las mujeres que renovaron tres recetas en el últimotrimestre del embarazo eran cinco veces más propensas que lasque no usaban esos fármacos a tener un bebé que padeciera unaconvulsión.
De todos modos, Shelton comentó que apenas el 0,2 por cientode los bebés del estudio tuvo una convulsión, es decir, uno decada 500.
Y el coautor agregó que este es el primer estudio que asociael uso de los ISRS con la posibilidad de causar convulsiones."Me gustaría que otros estudios lo confirmen. No quiero exageraren la interpretación de los resultados", dijo.
De hecho, el estudio no pudo probar que los antidepresivossean la causa de las convulsiones en los bebés ni deladelantamiento del trabajo de parto o del parto.
Shelton declaró haber sido consultor de empresas queproducen antidepresivos. El resto de los autores no manifestótener conflictos de interés.
FUENTE: American Journal of Obstetrics & Gynecology, online2 de mayo del 2012
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