Este artículo se publicó hace 16 años.
Dominique Lapierre asume que morirá sin ver la paz entre árabes e israelíes
El escritor francés Dominique Lapierre (1931) cree que nunca verá la paz en Oriente Próximo, porque considera que el conflicto, del que ha escrito, tiene un componente religioso y místico.
Lapierre está en Madrid para presentar la adaptación cinematográfica que el director Elie Chouraqui ha hecho de "Oh Israel", que escribió junto a Larry Collins y que fue publicado en 1971.
Collins murió en 2005 pero su compañero literario ha visto por fin en la gran pantalla la versión de ese superventas en el que quisieron explicar "con total objetividad" el nacimiento de Israel y el comienzo del conflicto, tras un período de cinco años de investigación en el territorio.
Muchos directores, como Costa Gravas, se han interesado por la adaptación del libro, aunque nunca encontraron el momento justo, aparte de que, como explicó hoy el escritor a la prensa, "no mantenían el espíritu del libro, su imparcialidad, su calidad de documento histórico. En cambio, cada uno tendía hacia un bando o el otro".
Lapierre, que ve su libro y la película como "una herramienta de paz", vio con alegría cómo, en 2003, el cineasta Elie Chouraqui, de confesión judía, buscaba plasmar ese documento.
Dos años después, tras concluir el rodaje, Dominique visitó a Larry Collins, entonces en coma, para decirle al oído: "La película ya está hecha. Hemos triunfado. Quise que esa noticia fuera uno de los últimos mensajes que se llevara en su partida hacia la eternidad".
Lapierre no firma el guión, aunque colaboró estrechamente con Chouraqui, sobre todo para comentarle puntos históricos.
El escritor es pesimista acerca del conflicto: "Ha habido momentos históricos que apuntaban a una paz duradera. Pero el problema esencial de este conflicto es su componente religioso, místico".
"¿Cómo solucionar entonces de quién es una tierra que Dios prometió tanto a judíos como a árabes", afirma Lapierre, quien añade: "Jerusalén es la ciudad santa para ambas religiones, la tierra prometida".
De ahí que, a pesar de otros factores que enturbian el conflicto, Lapierre insista en ese "componente místico" como la clave de una paz imposible: "Tanto en árabe como hebreo, Jerusalén significa 'Paz'. Pero yo sé que moriré sin ver el final del conflicto, aunque espero que mis hijos o los hijos de mis hijos puedan contemplarla".
Para el escritor francés, encarnación del autor de libros superventas, es imprescindible que una adaptación cinematográfica "mantenga el mensaje, el objetivo con que fue escrito el libro". Por eso afirma ser feliz con la visión ofrecida por René Clement de "¿Arde París? Pero no así con la de "La ciudad de la alegría" que firmó Roland Joffé.
Lapierre lanzará en octubre en España su nueva novela "Un arco iris en la noche", fruto de tres años de vivencias e investigaciones en Sudáfrica y cuyo título retoma una frase de Mandela al salir de prisión: "Ahora vamos a crear una nación arco iris donde todas las razas caminarán juntas hacia un mundo nuevo". EFE
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