Este artículo se publicó hace 14 años.
Dimite otro obispo irlandés, James Moriarty, implicado en casos de pederastia
Ciudad del Vaticano, 22 abr (EF).- El papa Benedicto XVI aceptó la dimisión del obispo irlandés James Moriarty por su implicación en los casos de curas pederastas en ese país, informó hoy el Vaticano.
Moriarty, obispo de Kildare y Leighlin, presentó su renuncia el 23 de diciembre pasado, tras ser acusado expresamente en el informe "Murphy" de haber encubierto, cuando era prelado auxiliar de Dublín, los abusos sexuales y daños infligidos a menores por clérigos de la archidiócesis de la capital irlandesa.
La renuncia fue aceptada por Benedicto XVI en conformidad con el artículo 401/2 del Código de Derecho Canónico, por el que "se ruega encarecidamente" a los obispos diocesanos que presenten su renuncia "si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo".
El obispo es uno de los tres prelados que han dimitido en los últimos meses tras conocerse los dos informes oficiales irlandeses -el Informe Ryan y el Informe Murphy- que desvelaron que durante 70 años centenares de niños de Irlanda sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes en ese país, sobre todo en la archidiócesis de Dublín desde 1975 a 2004.
Otros dos obispos auxiliares de Dublín, Eamonn Walsh y Ray Field, también presentaron su dimisión y se espera que en fechas próximas el Papa Ratzinger las acepte.
Los otros dos prelados a los que el Papa aceptó ya la dimisión son Donald Murray, obispo de Limerick, y John Magee, prelado de Cloyne, que fue secretario privado de los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.
La dimisión de Magee y Moriarty se han producido tras la carta enviada por el papa Benedicto XVI a los católicos irlandeses el pasado mes de marzo, en la que pidió perdón a las víctimas de los curas pederastas, a las que dijo que siente "vergüenza" y "remordimiento" por lo ocurrido.
El Papa advirtió a los sacerdotes pederastas que deben responder ante Dios y los tribunales y ha ordenado una inspección de las diócesis y seminarios donde se cometieron esos abusos.
Asimismo, el Pontífice abroncó a los obispos irlandeses por la "lamentable" gestión de lo sucedido.
La carta papal fue leída en las iglesias irlandesas el domingo 21 de marzo y numeras personas, así como grupos de víctimas, mostraron su decepción, al considerar que el Pontífice se olvida de la responsabilidad del Vaticano y de la jerarquía católica local al dirigir principalmente sus críticas solamente hacia los sacerdotes.
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