Este artículo se publicó hace 15 años.
Los demócratas maniobran para ocupar el escaño de Ted
Tras el entierro, se elegirá sucesor temporal para garantizar los votos a favor de la reforma sanitaria
Isabel Piquer
Barack Obama deberá encarar la batalla por la reforma del sistema de salud sin el voto ni el respaldo de Ted Kennedy. La desaparición del senador, fallecido el pasado miércoles, complica seriamente los planes del presidente estadounidense.
Después del periodo de luto, los legisladores de Ma-ssachusetts empezarán a preparar la sucesión. La ley actual estipula que deben celebrarse unas elecciones especiales entre 145 y 160 días después es decir, a mediados de enero para elegir a un sustituto.
La idea, que se debatirá en septiembre, es nombrar cuanto antes a un candidato provisional que pueda cumplir el mandato de Kennedy, siempre y cuando renuncie a optar luego por el escaño.
El debate se aplazará hasta después del funeral por respeto al clan. "La familia no quiere que esto aparezca en los diarios de momento. Nuestro rey ha muerto y nadie quiere discutir esto ahora", declaró la presidenta del Senado de Massachusetts, Therese Murray.
Es la primera vez en medio siglo que no hay un Kennedy en el Capitolio
El gobernador del Estado, el demócrata Deval Patrick, está bajo mucha presión. Dice estar dispuesto a cambiar la ley, si el Parlamento local lo autoriza, para acelerar el trámite y garantizar que Massachusetts cuente con los dos votos de sus senadores en el debate sobre la reforma del sistema sanitario este otoño, como le pidió el propio Kennedy en una carta la semana pasada.
Momento muy delicado"Es un momento especialmente delicado ahora que se están debatiendo temas tan importantes en el Congreso", admitió Patrick tras hablar con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
Es la primera vez en medio siglo que no habrá ningún Kennedy en el Capitolio. Las primeras miradas, por tanto, se han centrado en llenar el hueco del apellido. Victoria, la abogada de Washington con la que Ted Kennedy se casó en 1992, ha dejado claro que no le interesa postular.
"Nuestro rey ha muerto y nadie quiere discutir su sucesión ahora"
Su hijo, Patrick, representante por Rhode Island, no tiene peso suficiente y arrastra un largo historial de adicción a las drogas. Su sobrina, Caroline, la hija del presidente asesinado, ha quedado automáticamente descartada después de aspirar y luego renunciar a sustituir a Hillary Clinton en el escaño por Nueva York a principios de este año.
El New York Times subrayaba ayer que otro sobrino que podría ser un buen candidato es Joseph P. Kennedy, que dejó en 1999 el Congreso, donde representó a Massachusetts durante doce años, y es presidente de la Citizens Energy Corporation, una organización sin fines lucrativos que provee calefacción a barrios marginados.
El Boston Herald apuntaba otros nombres, todos locales. El más conocido es el del ex gobernador de Massachusetts y ex candidato presidencial, Michael Dukakis.
La ausencia de Kennedy en el debate sobre la sanidad se hará notar. Su veteranía le daba peso y autoridad moral dentro y fuera de su partido.
"Espero que la gente respire hondo, dé un paso atrás y empiece a hablar de forma más civilizada", dijo el senador y amigo, Christopher Dodd, que sustituirá a Kennedy a la cabeza del Comité de Salud. "Era capaz de trabajar con todos por el bien común. Necesitamos recuperar ese espíritu en el debate actual", subrayó uno de sus adversarios, el republicano Chris Van Hollen.
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