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Decenas de muertos en un ataque de la OTAN en Afganistán

Reuters

Las fuerzas de la OTAN en Afganistán investigaban el viernes si había civiles entre las decenas de personas que murieron calcinadas cuando lanzaron un ataque aéreo contra dos camiones cisterna secuestrados.

La OTAN dijo que creía que los fallecidos eran todos insurgentes talibanes, pero familiares enfurecidos en la provincia de Kunduz, en el norte del país, dijeron que había civiles recogiendo combustible de los camiones secuestrados y se vieron atrapados en la explosión.

Si se confirman las muertes de civiles, el incidente podría reactivar el odio contra las tropas extranjeras dos meses después de que el nuevo mando de Estados Unidos y la OTAN en el país anunciara medidas para reducir el número de víctimas civiles.

El gobernador de la provincia de Kunduz, Mohamad Omar, dijo que habían muerto unas 90 personas, que se quemaron vivas en una bola de fuego gigante.

La comandante Christine Sidenstricker, responsable de prensa de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), dijo que las autoridades afganas habían informado del secuestro de dos camiones cisterna. Aviones de la OTAN los avistaron en la ribera de un río.

"Después de observar que sólo había insurgentes en la zona, el comandante de la ISAF ordenó los ataques aéreos que destruyeron los camiones cisterna y mataron a un gran número de insurgentes", afirmó.

"El ataque fue contra los insurgentes. Son quienes creemos que han muerto. Pero estamos investigando totalmente" las informaciones sobre muertes civiles, dijo.

Preguntada sobre cómo podrían saber los pilotos si entre la multitud que rodeaba los camiones había civiles, respondió: "Basándose en la información disponible en la zona, los mandos creyeron que eran insurgentes".

El incidente subraya la inseguridad creciente en el norte del país, una zona que se consideraba segura pero donde los ataques de los talibanes se han hecho más frecuentes. La zona de Kunduz está patrullada principalmente por el contingente alemán de la OTAN, al que Berlín impide operar en zonas de combate.

Según las nuevas órdenes emitidas en julio por el general al mando de la ISAF, el estadounidense Stanley McChrystal, se supone que los aviones no pueden abrir fuego a menos que puedan confirmar que no hay posibilidad de que los civiles pudieran resultar heridos o que fuerzas amigas estén en peligro inmediato.

Las autoridades provinciales, que también podrían enfrentarse a una reacción negativa pública, dijeron que habían muerto tanto combatientes como civiles.

"Mi hermano resultó quemado cuando la aviación bombardeó los camiones cisterna. No sé si está muerto o vivo", dijo llorando Ghulam Yahya, a las puertas del Hospital Central de Kunduz.

Mohamad Sarwar, un líder anciano tribal de la provincia, declaró que insurgentes talibanes habían secuestrado los camiones y estaban repartiendo el combustible entre una multitud de aldeanos cuando fueron bombardeados.

"Culpamos tanto a los talibanes como al Gobierno", afirmó.

CARBONIZADOS

Mohamad Humayun Jamosh, médico del hospital de Kunduz, dijo que 13 personas con quemaduras llegaron para ser atendidas, pero que ninguno de los fallecidos había sido trasladado a la morgue del hospital porque los cuerpos estaban abrasados.

"Es muy duro recoger cadáveres o restos de la explosión porque el combustible que estaban recogiendo era altamente inflamable", afirmó.

Un portavoz talibán, Zabihulah Muyahid, dijo que los insurgentes habían capturado los dos camiones cisterna. Uno se quedó atrapado en el barro en una aldea y los combatientes fueron a intentar remolcarlo cuando sus habitantes empezaron a recoger el combustible y la multitud fue atacada.

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