Este artículo se publicó hace 15 años.
Un creativo muestra sus inventos más estrambóticos en una exposición
El creativo Pep Torres ofrece en una exposición en un centro comercial de Barcelona una muestra de los inventos más significativos surgidos de sus estudio pero que no han llegado a comercializarse, como una plancha que permite hacer ejercicio, una cama para divorciados o un bar para ciclistas.
Si tienes un problema, Pep Torres tiene la solución; no en vano numerosas empresas confían en su equipo cada día para encontrar las soluciones más originales y prácticas a sus problemas empresariales, muchas de las cuales "son graciosas pero con poca salida comercial".
Después de una "lluvia de ideas", muchos inventos se quedan en el tintero y no llegan a ver la luz, son fruto del encuentro entre imaginación y una generosa dosis de sentido del humor, porque, como asegura Pep a Efe, "con el humor todo es más fácil de explicar".
"Para crear hay que ser curioso; soy capaz de comprarme discos o revistas sobre temas inverosímiles que nunca me había planteado para así descubrir cosas nuevas", explica.
De esta forma, aparecen objetos como la cama para divorciados, cuyo colchón puede dividirse en dos piezas para que cada miembro de la pareja pueda llevarse su trozo en caso de separación.
Pep ofrece soluciones dispares a problemas concretos: podemos ir a un bar especialmente pensado para ciclistas donde el asiento es el propio sillín de la bici y pedir nuestra comida preferida en un plato dotado de un espejo que crea la falsa sensación de haber comido más de la cantidad real, ayudándonos en nuestra dieta; de postre, el inhalador de chocolate nos ofrece todo el sabor de este producto pero sin aportarnos una sola caloría.
Si al salir del restaurante empieza a llover, Pep nos ofrece la posibilidad de tomar un paraguas-taxi, paraguas dotados de un gálibo que nos indica si su portador está dispuesto a cobijar a otra persona y acompañarla a casa o, si lo preferimos, podemos volver a casa en una original bicicleta de una única rueda.
La inventiva de Pep nos facilita también las tareas del hogar: una plancha con pesas nos permite ejercitar los bíceps, los calcetines con el número de serie serigrafiado nos facilitará su emparejamiento y con el mocho dotado de micrófono podremos emular a nuestros cantantes preferidos mientras limpiamos la casa.
Acabamos el día con una sesión de cine, para evitar que se nos cuelen en la cola de la taquilla el personal nos proporciona un chaleco con nuestro número que evita confusiones desagradables, en la sala adherimos una rejilla portátil a la butaca en la que podremos dejar cómodamente nuestras pertenencias y vertemos las palomitas en una bolsa de tela que evita el molesto ruido de las tradicionales de papel.
De camino a casa decidimos beber unas copas en los bares cercanos pero si nos pasamos más de la cuenta, nuestro teléfono dotado de alcoholímetro bloqueará la terminal para evitar la llamada de rigor a nuestra ex pareja a altas horas de la madrugada diciéndole que todavía la queremos.
Además de estos objetos ideados por Pep Torres en la exposición encontraremos también otros setenta inventos patentados procedentes de todo el mundo y diseñados para resolver los problemas más inverosímiles como el despertador saltarín, el turbo pelador de huevos cocidos, la linterna para móviles o el protector de pantalla que evita el cotilleo de los compañeros de mesa de trabajo.
Como colofón, aquellos visitantes con ideas originales pueden demostrar sus capacidades creativas con un concurso de inventos abierto hasta el 15 de septiembre. Como explica Pep "la clave está en pensar 'que pasaría si...'".
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