La actriz Concha Velasco vuelve a Bilbao para dar vida a la ex prostituta judía Madame Rosa en "La vida por delante", que interpretará en el Teatro Arriaga desde hoy y hasta el próximo día 20 y que continuará representando mientras "llene" teatros, según ha afirmado hoy la artista.

"No voy a dejar 'La vida por delante' mientras esté el teatro lleno", con lo que "este año 2010 no me jubilo", ha señalado a modo de conclusión la actriz, con 70 años cumplidos, en una conferencia de prensa en Bilbao.

Dirigida por Josep María Pou y estrenada en abril pasado en el Teatro Goya de Barcelona, la obra se representará en el escenario bilbaíno desde hoy hasta el próximo día 13 y entre el 15 y el 20 de diciembre.

El montaje teatral, basado en la obra del autor Romain Gary, cuenta también en su reparto con Rubèn de Eguia, Carles Canut y José Luis Fernández.

La obra narra una historia de marginados contada a través de Momo, un adolescente árabe interpretado por Rubèn de Eguia, que vive en la pensión de Madame Rosa, una ex prostituta judía en el declive de su vida, superviviente del campo de concentración de Auschwitz y que acoge a niños abandonados en un suburbio de París.

En la obra se denuncia el racismo y el materialismo y se hace una reflexión sobre la vejez, la soledad y la eutanasia.

El personaje de Madame Rosa "enamoró" a Concha Velasco cuando se lo plantearon, según ha indicado la actriz, en presencia del director artístico del Teatro Arriaga, Emilio Sagi, que no ha escatimado palabras de reconocimiento hacia la artista: Es "una gran dama del teatro", ha dicho.

La actriz ha explicado que consideró que "meterse en la piel de Madame Rosa iba a significar comprender muchas cosas que pasan en el mundo" ya que la obra "habla de bondad, dignidad del ser humano, respeto a las razas, las costumbres, las religiones...".

La artista ha afirmado que no se identifica "nunca" con los personajes que interpreta, pero que valora a la hora de darles vida el mensaje que transmiten.

Producida por Focus, "La vida por delante" es obra del autor Romain Gary y la adaptación es de Xavier Jaillard. Con esta novela, Gary (1914-1980) ganó el Premio Goncourt en 1975 con el pseudónimo de Emile Ajar.