"El cine español tiene ágoras y peliculitas"

"Se está disparando a una figura en movimiento", con este argumento se defendió Ignasi Guardans, director del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), de las voces discordantes que han aparecido con motivo de la Orden Ministerial que desarrollará la Ley del Cine. En especial la de los firmantes del manifiesto Cineastas contra la Orden, que temen que las películas de producción modesta, aquellas con un presupuesto inferior a los dos millones de euros, quedarán fuera de las ayudas. Muchos de ellos, con Luis Miñarro a la cabeza, acudieron al coloquio organizado por la escuela de cine ESCAC para hablar del futuro del audiovisual y del que Guardans era la estrella.

Antes de pronunciarse en la conferencia, el director del ICAA comentó en los corrillos que no daría cifras y negó las que se manejaban (los famosos dos millones): "La Orden Ministerial todavía está en el horno. El texto del mes de junio tiene poco que ver con el actual, precisamente porque lo hemos enriquecido escuchando a las distintas partes. Las cifras que ruedan por ahí no son reales".

"No hay que convertir la Orden Ministerial en una guerr"

Guardans, que definió la situación actual del cine español como "un terremoto", cree que "hay que separar las diferentes carpas del circo", y no hacer recaer todo el peso del problema en las subvenciones: "La ayuda pública es sólo una parte. Tenemos que hablar del papel de las televisiones, las dificultades de acceso al crédito, de la evaluación de los proyectos de forma anónima".

Guardans intentó ser conciliador en todo momento: "Sé que no lo conseguiré, pero propongo serenidad. No hay deseo de excluir a nadie, sino de tratar a cada uno según su especificidad. Existen micropelículas y grandes películas. No se puede tratar igual a una película de 50 millones de euros [en alusión a Ágora], que a una independiente, porque sus necesidades son diferentes". En cierto momento de la charla, fue más allá en su diferenciación de la producción española, y volvió a echar mano del gran estreno de la semana afirmando que "existen ágoras y peliculitas".

Sobre la reacción de parte del sector que ha decidido hacer público su malestar, opinó que "el debate es bueno; la sensación de falta de unidad, no".

Guardans definió la situación actual del cine español como "un terremoto"

Buscando culpables al poco atractivo de nuestro cine para el público único aspecto en el que ha aportado cifras, un 11% de cuota frente al 45% de Francia, un 26% en Alemania, un 21% en Italia o un 31% en Reino Unido, el director del ICAA lo tiene claro: "He estado mucho tiempo como diputado en Madrid y he vivido muchas cosas Entre ellas la guerra de Irak. La imagen del cine está politizada. La gente del cine tiene derecho a expresar su opinión política y a defenderla, pero eso no puede arrastrar al conjunto de la industria cinematográfica. El cine debería estar despolitizado como lo está la moda o la literatura y no sufrir esta descalificación colectiva. Evidentemente hay muchos más elementos que hacen que la gente no vaya a ver cine español, pero este es uno de ellos".

Minutos antes parecía habérsele entendido justo lo contrario: "Hay más cosas que nos unen que las que nos dividen. No hay que convertir la Orden Ministerial en una guerra cuando no lo es. Todos somos parte de una misma foto. Los otros preferirían que no se subvencionara el cine, que no se respetaran las diversidades culturales, que funcionara como un taller de coches. Nosotros, no".

Por otro lado, el director de Instituto Catalán de Industrias Culturales (ICIC) de la Generalitat, Antoni Lladó, especificó que ya "se ha iniciado el trámite legal de la nueva ley catalana del cine", y que entrará en el Govern en las próximas semanas.

Uno de los ejes del proyecto de ley catalana es el mantenimiento de un sistema cinematográfico específico que preserve la cultura propia catalana y que se concreta en un sistema de cuotas de doblaje. Guardans dijo tajante que "desde el Estado no ayudaremos al doblaje".