Este artículo se publicó hace 12 años.
Chailly y la Gewandhaus no cesan, tras el revuelo de Beethoven viene Brahms
Riccardo Chailly, el director de la mítica Gewanhdaus, con la que empieza mañana una gira por España, está tan satisfecho con su "revolucionaria" integral de Beethoven que piensa hacer lo mismo con Brahms, al tiempo que disfruta recuperando el sonido de los 30 junto a Steffano Bollani, su "extraña pareja".
Chailly comienza mañana en Valladolid la gira que le llevará también a Madrid y Barcelona junto a la Gewandhausorchester Leipzig, la misma de "Sounds of the 30's", segundo disco con el pianista italiano de jazz tras "Gershwin Rhapsody/Concerto album", que estuvo 35 semanas en las listas de éxitos italianas y vendió más de 56.000 copias.
Este disco, admite en una entrevista con Efe el director, no es algo premeditado sino "absoluta y totalmente" una consecuencia del éxito del primero.
"Nadie podía saber cómo funcionaría esta conjunción nuestra pero parece que muy bien a pesar de que Bollani (Milán, 1972) y yo somos la extraña pareja", bromea Chailly (Milán, 1953).
"Sounds of the '30s" (Decca) reúne el Concierto de Piano en Sol mayor, de Maurice Ravel (1875-1937); "Surabaya Johnny-Tango Ballad" (Zuhälterballade), de Kurt Weill (1900-1950); "Tango", de Igor Stravinsky (1882-1971) -con orquestación de Guenther- y "Las mil y una noches", de Víctor de Sabata (1892-1967), estas dos últimas grabadas por primera vez en la historia.
El nuevo CD parte de Ravel, "un jazzista muy conocido", "con una forma de orquestar muy distinta, y con todas las virtudes de un pianista clásico" y en torno a él han construido un mundo sonoro que refleja la "fantasía creativa" de esa época.
Destaca que la partitura de Sabata, pianista "maravilloso" y "grandísimo" director de orquesta, es "divertida y muy atractiva, pero dificilísima, porque son dos tonos, "con saltos de octava muy peligrosos, todo un reto sinfónico" pero el resultado es "de un gran peso romántico".
Se lleva "muy bien" con Bollani, dice, "un hombre muy culto" con "alma de jazz" pero con una "matriz musical clásica" y un background técnico y músico "muy rico", alaba.
De momento no habrá un tercer trabajo juntos, "pero -se carcajea- quién sabe. Seguramente se nos ocurra algo nuevo".
No se acuerda de cuántas veces ha dirigido ya en España pero, desde luego, subraya, siempre que se lo ha pedido el promotor musical privado "más importante", el "formidable" Alberto Aijón, dueño de Ibermúsica.
Además, añade, las salas son de una gran calidad y el público "magnífico", algo que "ayuda a crecer a un país".
El que es desde 2005 director de la Gewandhaus, fundada en 1781, es consciente de que su aventura con Beethoven ha causado un gran revuelo porque ha seguido "al pie de la letra" sus indicaciones y "tempi" rompiendo todas las "reglas" de la tradición.
El primer movimiento de la Quinta Sinfonía, por ejemplo, fue escrito sin ningún "rallentando", pero, sin embargo, se toca en todo el mundo como "ta ta taaa taaaaaa", cuando la verdadera cadencia es "ta ta ta ta".
"Respeto mucho a Kurt Masur, que hizo 30 integrales, con la Gewandhaus -fue su director entre 1970 y 1996- pero era justo pensar en un Beethoven diferente, con un pensamiento innovador", justifica.
"La Gewandhaus ha hecho un viaje increíble de evocación por su música, una aventura que ha fructificado gracias a su voluntad y el deseo de hacer una interpretación nueva. El pasado es importante pero no solo como memoria, también debe ser la base de una nueva investigación interpretativa".
El próximo año cumplirá 60 años y quiere "crecer y tener experiencias continuas" por eso después de llevar 15 años "con la idea de Brahms en la cabeza" va a grabar todas sus sinfonías, variaciones y serenatas con un planteamiento "claramente influenciado" por lo que ha hecho con Beethoven.
No sabe si le quedan retos, porque, dice, comenzó "tan joven" -era director asistente con Claudio Abbado en la Scala con solo 20 años- que ha logrado casi todo lo que quería.
Quizá, especula, le gustaría "hacer algo" con Bach y la Gewandhaus, la única orquesta de instrumentos modernos que ha seguido interpretando su música cada semana: "pero ese es un proyecto para la vida, para el año que viene y el siguiente y el siguiente...", suspira riéndose de nuevo.
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