Este artículo se publicó hace 15 años.
Centenares de militares salen a la calle en Honduras
El país vive una crisis política y un clima convulso a raíz de las pretensiones del presidente Zelaya de reformar la Constitución
Las Fuerzas Armadas de Honduras han movilizado a centenares de militares para evitar eventuales disturbios de parte de grupos que respaldan una iniciativa del presidente Manuel Zelaya para reformar la Constitución.
La movilización de los militares en Tegucigalpa ha sido hacia edificios como el Aeropuerto Internacional de Toncontín, la sede del Parlamento, los alrededores de la Corte Suprema de Justicia, la Casa Presidencial y algunos puentes de la ciudad, entre otros sitios.
Algunos militares van provistos de escudos metálicos, bastones de madera y bombas lacrimógenas.
Honduras vive una crisis política a raíz de las pretensiones del presidente Zelaya de que se instale una Asamblea Nacional Constituyente para que reforme la actual Carta Magna, a partir de 2010, lo que rechazan diversos sectores, aunque organizaciones populares apoyan al gobernante.
Algunos grupos que respaldan a Zelaya estarían recibiendo favores oficiales y en algunos casos dinero en efectivo, según versiones difundidas en la prensa local, lo que rechazan colaboradores del presidente hondureño.
Mientras se registraba hoy la movilización de los militares, en el Parlamento la mayoría de los diputados felicitaba al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Romeo Vásquez, quien la noche del miércoles fue destituido por no apoyar la iniciativa de Zelaya. Sin embargo, la Justicia hondureña ha anunciado que deja en suspenso el cese del jefe del Ejército al admitir dos recursos de amparo a su favor.
El presidente hondureño, que todavía no se ha pronunciado sobre la decisión judicial, iba a nombrar hoy mismo al sustituto del oficial destituido, según fuentes políticas.
La destitución de Vásquez fue anunciada en cadena de radio y televisión por el mismo presidente, quien además informó que le había aceptado la renuncia al ministro de Defensa, Ángel Edmundo Orellana, quien también discrepa con Zelaya, su amigo personal.
Vásquez dijo anoche a periodistas que no apoyó la propuesta del presidente, de celebrar el próximo domingo una "consulta popular", orientada a reformar la Constitución, porque un tribunal de justicia dictaminó que es ilegal.
La consulta del domingo, bajo control absoluto del Gobierno, es para que los hondureños, según Zelaya, digan si están de acuerdo con que en noviembre se vote a favor de una Asamblea Nacional Constituyente y la reforma de la Constitución a partir de 2010.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), único organismo autorizado para hacer consultas de carácter político, reiteró hoy que la iniciativa que promueve Zelaya "es ilegal".
Además, el TSE instruyó este jueves a las Fuerzas Armadas para que no se presten a movilizar el material de consulta, como urnas, que el Gobierno tiene previsto instalar en todo el país y para lo que Zelaya había ordenado a los militares que brindaran todo el apoyo logístico necesario.
La decisión de Vásquez, de no respaldar a Zelaya, ha sido aplaudida por varios sectores, que hoy expresaron que con su actitud, los militares han recuperado credibilidad entre el pueblo hondureño.
Los comandantes de las ramas Ejército, Naval y Aérea, en solidaridad con Vásquez, pusieron la noche del miércoles a disposición sus cargos.
Zelaya, por su parte, tiene previsto reunirse hoy con diversos sectores sociales que aseguran que lo apoyan, "para tomar decisiones en pro del desarrollo y de la democracia hondureña".
Según dijo el mandatario de Honduras, la separación de Vásquez la tomó "ante la crisis generada por algunos sectores que han promovido la desestabilización y el caos con el fin de causar serios problemas a la institucionalidad democrática de Honduras, al orden constitucional, y al ejercicio del poder legalmente constituido".
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