Este artículo se publicó hace 15 años.
La Casa Amatller enseña sus colores
Tras permanecer un año y medio oculta tras los andamios, la Casa Amatller de Barcelona volvió a mostrar ayer los colores de su fachada modernista una vez superada la primera fase de su restauración, que ha supuesto un coste de 331.000 euros. La restauración de la fachada era el paso previo antes de que el emblemático edificio del Paseo de Gràcia pueda albergar un centro dedicado a explicar el modernismo y su contexto histórico.
Las actuaciones han consistido en la reparación de los desperfectos causados en este edificio de 1898 por la polución y las inclemencias meteorológicas, que habían desgastado el color de la fachada de piedra y los esgrafiados, habían provocado grietas en la cerámica vidriada y también habían oxidado el hierro de motivos decorativos y balcones.
Ahora que la fachada muestra de nuevo todo su antiguo esplendor, podrá iniciarse la segunda fase de las obras, que consistirá en la restauración del segundo piso, donde se trasladará la biblioteca y fototeca del Instituto Amatller de Arte Hispánico, que actualmente está en el piso principal, donde a su vez se ubicará la recepción del futuro museo. El centro, que será inaugurado en principio en 2016, se prevé que acoja a unos 30.000 visitantes al año, aunque, según los expertos, podrá llegar a albergar hasta 60.000. El museo formará parte de la ruta del modernismo de Barcelona, su entrada valdrá 5 euros y la visita guiada durará aproximadamente 45 minutos.
Pero antes de llegar a ese momento las instituciones implicadas el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, la fundación Caja Madrid y la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico tendrán que haber desembolsado los cinco millones de euros en los que está presupuestado el proyecto en su totalidad.
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