Este artículo se publicó hace 17 años.
Una bula dada por perdida reaparece en el archivo de la catedral de Segovia
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Técnicos del archivo de la catedral de Segovia han encontrado cinco ejemplares de un impreso fechado en 1473 y conocido como la Bula de Rodrigo de Borja o "Bula Klemperer", que se daba por perdido tras la destrucción durante la II Guerra Mundial de la única copia conocida, conservada en Dresde (Alemania).
Los pliegos localizados, con unas medidas aproximadas de quince por diecisiete centímetros, forman parte de la encuadernación de dos documentos incunables, y según los expertos su reutilización debió producirse probablemente en el mismo siglo XV, una vez que el contenido del documento perdió su validez.
Según ha explicado a Efe uno de los técnicos del archivo catedralicio, Bonifacio Bartolomé, los cinco ejemplares se encuentran ocultos casi en su totalidad por las cubiertas de los dos volúmenes mencionados, por lo que no será posible observar su total contenido hasta que se retire el papel que las oculta.
Bartolomé ha precisado que el impreso con el texto de la bula fue realizado en 1473, probablemente en Segovia, a instancias del cardenal Rodrigo de Borja, quien años más tarde fue el papa Alejandro VI y que en esa época se encontraba en España dentro de tareas diplomáticas en nombre del pontífice Sixto IV.
En el contexto de esta misión Rodrigo de Borja predicó en Castilla una bula destinada a recaudar fondos para la lucha contra el imperio turco, según la cual la Santa Sede concedía indulgencia plena, excepto de algunos pecados reservados, a los fieles que contribuyeran a la cruzada mediante el pago de diversas cantidades.
En 1925 el bibliófilo alemán Konrad Haebler adquirió para la colección de Víctor von Klemperer un ejemplar de esta bula, el único del que había constancia hasta ese momento.
El valioso impreso quedó depositado en la ciudad alemana de Dresde, donde resultó destruido durante la Segunda Guerra Mundial junto a buena parte de la biblioteca de Von Klemperer, por lo que a partir de ese momento el impreso se consideraba definitivamente perdido.
Bartolomé ha precisado que aunque el contenido de este documento resulta ciertamente interesante, la Bula de Rodrigo de Borja destaca sobre todo por su importancia en la historia de la imprenta en España, al ser la primera impresa en la península ibérica y la tercera salida de la imprenta tras las realizadas en las ciudades alemanas de Gutenberg y Neuhasen.
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