La pregunta era obvia y previsible. Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, llevaba la respuesta preparada. Una frase que dejara clara su intención, pero que no desvelara demasiados detalles para evitar que alguien le tirara por tierra sus planes.

Ayer era la primera vez que se reunía el Consejo de Administración de la caja después de las vacaciones y de que se hiciera público que los gestores de la entidad financiera manejaban un informe que recomendaba su fusión con Caixa Galicia y la CAM. La reunión era para tratar asuntos de operativa diaria de la caja (salvo los aspectos relacionados con el proceso electoral), pero el tema de las fusiones era de obligado trato.

Cuando llegó el turno de preguntas, un consejero interrogó a Blesa al respecto y éste contestó: 'Desde hace varias semanas se estudian todas las vías de crecimiento, pero por el momento no hay ninguna operación concreta'. Así lo aseguraron fuentes cercanas al Consejo de Administración.

De esta forma, el presidente de la segunda mayor caja española volvió a dejar claro que quiere aumentar el tamaño de la entidad, ya sea por la vía de las fusiones o de las compras, aunque la posibilidad de ejecutar una fusión es más factible en este momento en el que todas las cajas están estudiando y negociando unirse con todas. Además, esa opción favorecería personalmente a Blesa porque paralizaría el proceso electoral y le permitiría mantenerse dos años más en la presidencia, algo que sin concentración tiene prácticamente imposible.

Blesa fue tajante pero críptico en su respuesta. Eso no implica obligatoriamente que no tenga una operación muy avanzada. Sólo significa que no quiso dar más datos al Consejo para que no trascienda (la presencia de tantos representantes políticos en los consejos de las cajas hace difícil mantener en secreto las operaciones que allí se tratan) y para evitar que alguno de los grupos que no están a su favor le boicotee sus planes. Si Blesa quiere permanecer en la caja tendrá que encontrar la fusión antes de noviembre.