Este artículo se publicó hace 16 años.
Blanco: "Un acto del PP presidido por cardenales"
Tanto para el PSOE como para el Gobierno las palabras de los obispos resultan insultantes. Después de que el pasado domingo, la jerarquía católica aprovechara un acto litúrgico para hacer campaña política ni el secretario de Organización socialista, José Blanco, ni el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, pudieron mantenerse indiferentes.
Las críticas hacia el aborto, el divorcio exprés y la asignatura de educación para la ciudadanía generaron un gran revuelo en las filas socialistas.
Pero la indignación provino sobre todo de un trío de declaraciones. En concreto, de la profecía de arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, quien afirmó que con los ataques a la familia la sociedad se encaminaba hacia "la disolución de la democracia"; de la sentencia del de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para quien con que las políticas del Gobierno se estaba dando "marcha atrás" respecto a los derechos humanos; y del aviso del de Toledo, Antonio Cañizares, quien dijo que las familias estaban siendo sacudidas en sus cimientos mediante legislaciones "inicuas e injustas".
Barbaridades
A José Blanco le parecieron "barbaridades" y exigió una rectificación. Aseguró que lo único que logra la Iglesia Católica con este tipo de comentarios es que "la familia cristiana se rompa" porque "hay muchos cristianos, yo mismo lo soy, a los que nos dan ganas de borrarnos".
Blanco remarcó que la Iglesia católica "está falseando datos y realidades" cuando dice que se ha producido un retroceso en España", recordando que ahora existen ayudas como el cheque bebé y derechos como el permiso de paternidad.
Además, dijo no entender muy bien las críticas contra el aborto porque la legislación no había cambiado nada, era la misma que cuando gobernaba José María Aznar.
"Si quieren hacer política están en su derecho de hacerla, pero lo que tienen que hacer es presentarse a las elecciones", dijo el secretario de organización socialista. A él, desde luego, le dio toda la impresión de que estaba viendo "un acto del PP presidido por cardenales".
Se mostró convencido de que a Mariano Rajoy y a Ángel Acebes "les hubiera gustado estar pero entendían que esa imagen no les convenía para la campaña electoral" y por eso "lo que hacen es tirar la piedra y esconder la mano".
Tesis del partido conservador
El titular de Justicia cree lo mismo al señalar que "el nacionalcatolicismo ha entrado en campaña electoral". Para Bermejo los obispos aprovecharon para lanzar "mensajes coincidentes con conocidas tesis defendidas por el PP".
"Las acusaciones de estos cardenales contra leyes aprobadas en sede parlamentaria por los representantes de la ciudadanía suponen un duro ataque al sistema democrático por parte de quienes se arrogan en nombre de todos el monopolio de la verdad, los valores familiares e incluso los derechos humanos", resaltó.
El ministro de Justicia aprovechó para recordar a la Iglesia "su obligación de poner orden en su seno" y rechazar declaraciones "tan execrables como las del obispo de Tenerife respecto a la responsabilidad de los menores sobre abusos sexuales de los que son víctimas".
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