Berlusconi saca adelante su ley de amnistía fiscal

No importa que para engañar al fisco se hayan falseado cuentas o se hayan destruido documentos. Cualquier persona que en Italia haya cometido una larga lista de delitos fiscales podrá recibir el perdón de la Justicia y del fisco italiano si mete el dinero negro en un banco italiano de aquí al 15 de diciembre. Su única penalización será pagar una multa por valor del 5% del capital que haga emerger.

Son las últimas novedades de la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno Berlusconi antes del verano en un decreto que ahora, en su conversión a ley, ha sido ampliado en el Parlamento gracias a los votos de la derecha.

En origen, se podían acoger al llamado escudo fiscal hasta el 15 de abril de 2010 los evasores que hubieran omitido ingresos al presentar su declaración de la renta. Ahora, a cambio de acortar el plazo a diciembre, se perdonan también los delitos de falsedad contable y de destrucción de documentos de contabilidad. Es más, los intermediarios de las operaciones ya no están obligados a aplicar medidas contra el lavado de dinero negro.

En un país con una presencia de la criminalidad organizada tan importante como es Italia, las entidades bancarias que acojan el dinero ya no deberán averiguar de dónde viene para garantizar que es dinero limpio. Sólo quedan al margen de la amnistía la emisión de facturas falsas o los delincuentes con procesos judiciales abiertos.

La izquierda abandonó ayer el aula del Senado, indignada, y el presidente de la República Giorgio Napolitano no ha querido garantizar que pondrá su firma en la ley, un paso imprescindible para que entre en vigor. El Gobierno defiende que esta ley debilitará a los paraísos fiscales, aportará oxígeno a las cuentas públicas y dará liquidez a los bancos.