El director teatral Sergi Belbel celebra su vigésimo aniversario como dramaturgo con la puesta en escena de "A la Toscana", una historia personal protagonizada por un hombre en la cuarentena que entra en crisis, que se estrenará en España el día 5 de octubre en el festival Temporada Alta de Girona.

Belbel, también director artístico del Teatro Nacional de Cataluña (TNC), ha explicado hoy en rueda de prensa, no sin pudor, que su último montaje, que ya se puede ver en danés en un teatro de Copenhague desde el pasado día 22, refleja la "enfermedad de nuestra sociedad del bienestar, también atacada por el virus de la mala conciencia".

Sin embargo, a la pregunta de si se trata de un relato autobiográfico, ha respondido el narrador que lo que le ocurre al personaje principal, Marc, "lo puedo reconocer mucho, pero creo que a mi no me pasará, gracias, precisamente, a haber podido escribir esta obra", ya que "el hecho de expulsarlo todo por escrito te libera".

La versión catalana de "A la Toscana", que se podrá ver los días 5 y 6 de octubre en el Teatro de Salt (Girona), y que viajará del 11 al 13 de octubre a Fráncfort, dentro del programa paralelo de actos de la Feria Internacional del Libro, está interpretada por Jordi Boixaderas, Cristina Plazas, Lluís Soler y Lluïsa Castell.

Oscilando entre la comedia más ácida, el drama e incluso el terror, el público podrá ver durante casi dos horas a unos personajes actuales con los miedos y las esperanzas que puede tener cualquier persona con una buena posición social en cualquier país de Occidente.

Marc, un arquitecto reputado que lo tiene todo en la vida, desde una buena salud a una relación sentimental estable, entra un día en una crisis terrible, que pone en peligro toda su estabilidad y que hace tambalear todo lo que ha conseguido hasta entonces.

Joana, su mujer, y dos de sus amigos, Jaume y Marta, asisten impotentes al declive de este hombre, aterrorizado de forma permanente y que se va hundiendo poco a poco.

"A la Toscana" es también, según su autor, una historia de amor entre Marc y Joana, quienes, cuando se desencadena la crisis, llevan diez años de matrimonio y acaban de regresar de un viaje a la Toscana, uno de los últimos paraísos europeos, donde al principio de su relación se prometieron amor eterno.

Con el teléfono móvil como pieza fundamental del espectáculo, afirma Belbel que este trabajo "es una obra para cuatro actores y poca cosa más, porque los textos son un reto para todos ellos".