Este artículo se publicó hace 15 años.
Los bancos estarían dispuestos a esperar a que Reyal Urbis venda activos
Los bancos acreedores de Reyal Urbis estarían dispuestos a esperar hasta que la inmobiliaria vendiera algunos de sus activos antes de negociar cómo refinanciar su deuda hipotecaria, que supera 4.800 millones de euros, explicaron hoy a Efe fuentes financieras.
De esta forma, los principales bancos acreedores de la compañía que preside Rafael Santamaría, entre los que estarían el Banco Santander y el Barclays, tratarían de evitar que la inmobiliaria entrara en concurso de acreedores, lo que les obligaría a provisionar el dinero prestado.
A estos bancos, a los que la inmobiliaria les debe más de 400 millones, habría que sumar otros cuantos, aunque con cantidades inferiores, como BBVA, Caja Madrid, Popular, Sabadell o Bancaja.
Por eso, aunque diversas fuentes consideraron que las negociaciones entre la inmobiliaria y los principales bancos están estancadas, reconocieron que se ha dado un "cierto plazo", que no supieron concretar, para que la compañía pague a sus acreedores no financieros con el dinero que consiga con la venta de algunos de sus activos.
Al cierre de la sesión bursátil, los inversores habían intercambiado más de 84.600 títulos de la inmobiliaria, que cerraron a 4,09 euros tras anotarse una subida del 7,48% y ser el valor más alcista de la Bolsa.
No obstante, en lo que va de año, la compañía ha perdido cerca del 18% de su valor bursátil, que ahora asciende a 1.196 millones de euros.
El viernes pasado, fuentes cercanas a las negociaciones confirmaran a Efe-Dow Jones que la inmobiliaria estaba poniendo a la venta activos con los que esperaba ingresar 300 millones de euros, una operación que evitaría a la compañía solicitar el concurso de acreedores.
Las mismas fuentes aseguraron que la empresa, una de las mayores promotoras inmobiliarias de España, prevé vender su filial Rafael Hoteles, así como el emblemático centro comercial madrileño ABC Serrano y varios edificios de oficinas.
Posteriormente, a principios de esta semana, Reyal Urbis reconoció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que entre las alternativas que estudiaba la compañía para lograr refinanciar su deuda se encontraba la venta de activos, aunque recalcó que no existía "ningún compromiso u obligación" para enajenar activos concretos.
Además, añadió que continuaba negociando con sus entidades financieras para adaptar su plan de negocio a las circunstancias de mercado y conseguir la refinanciación de su deuda.
La comunicación al supervisor llegó a la semana siguiente de que la inmobiliaria decidiera suspender las obras del denominado proyecto "Castellana 200", complejo que construía en el paseo madrileño y que inicialmente iba a estar formado por un edificio de 160 viviendas, un edificio de oficinas, un hotel de cinco estrellas gran lujo y un centro comercial.
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