La banca española no necesita grandes inyecciones de capital

Decenas han sido los organismos y entidades privadas que han hecho estimaciones de cuánto dinero será necesario inyectar en los bancos y cajas españoles para que sobrevivan a esta crisis. Y en la mayoría de las ocasiones, especialmente en el caso de las agencias de rating, los cálculos han sido descomunales y han superado en algunas ocasiones los 100.000 millones de euros.

Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) puso ayer moderación sobre la mesa en un informe especial sobre el sistema financiero español y cifró en 1.000 millones los requerimientos de los bancos nacionales y en 6.000 millones los de las cajas. Esta cuantía, reconoce el organismo mundial, es mínima comparada con sus niveles de solvencia, máxime teniendo en cuenta que existe un fondo de ayudas públicas (FROB) que podría inyectarles hasta 99.000 millones. De momento, las ocho cajas involucradas en tres fusiones han reclamado al fondo 2.765 millones.

En este escenario central del organismo dirigido por Dominique Strauss-Kahn, la morosidad de las cajas alcanzará en el tercer trimestre su tasa máxima en el 6,3%, mientras que la de los bancos llegará al 6%, para bajar a final del próximo año al entorno del 5% en ambos casos. Sus previsiones cuentan también con que, en 2010, las entidades financieras españolas absorberán otros 30.000 millones en activos inmobiliarios, como consecuencia de los embargos de las hipotecas impagadas y de las compras de activos a los promotores.

Con estos datos, José Viñals, director del departamento de Asuntos Monetarios y de Mercados del FMI, concluyó ayer en rueda de prensa que la "mayoría" de las entidades cuentan con balances sólidos. Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, destacó que el FMI concluye que "la banca y también las cajas de ahorros no tendrán ninguna dificultad para hacer frente a las pérdidas esperadas o incluso a un pequeño incremento de la morosidad".

Claro que el FMI también maneja un escenario extremo, en el que el paro llegaría en España al 24,5% y el precio de la vivienda caería un 15% en 2010. En esa situación, que no es la previsión base, las entidades financieras requerirían una inyección de 22.000 millones de euros, de los que 5.000 millones serían para los bancos y 17.000 millones para las cajas. Estas últimas necesitan más dinero porque sus resultados son más débiles y los volúmenes de embargos inmobiliarios mayores, asegura el FMI en su informe.

Viñals pidió ayer a los políticos españoles que no interfieran en las cajas para que puedan, cuanto antes, reestructurarse.