Este artículo se publicó hace 13 años.
Menos aviones y más paseos
Fabra se despide inaugurando un aeropuerto sin permiso de navegación
Amén de presidente de la Diputación de Castellón imputado por soborno, delito fiscal y tráfico de influencias, Carlos Fabra debe de ser un creacionista. O sea, un hombre en línea con la vanguardista derecha estadounidense, "un visionario", que dice el president Francisco Camps. Si Darwin sostenía la teoría de la evolución, el "ciudadano ejemplar" Carlos Fabra la cita es de Rajoy actúa como si las cosas surgieran por generación espontánea: porque sí y para sí, ya sean los aeropuertos o los 3,7 millones de su patrimonio personal cuyo origen no pudo el dirigente del PP explicar al juez. Los orígenes, que los expliquen los darwinistas.
150 millones gastadosLos creacionistas entienden que no es el tráfico aéreo previsto el que empuja a construir una pista de aterrizaje sino que los aeropuertos existen y se inauguran haya o no aviones y cuando quiere el que manda: aquí, Fabra, que por primera vez en cinco lustros no acude a las elecciones pero que, inaugurando el 25 de marzo el aeropuerto vacío de Castellón, quiso poner su montañita de arena en la bolsa de votos del PP.
Así que, recogiendo el hilo, la secuencia es esta: primero la Generalitat valenciana y la Diputación gastan 150 millones en levantar la terminal y sus avíos. Luego, Camps y Fabra inauguran las 542,3 hectáreas de cemento tres días antes de que la Junta Electoral eche el cerrojo a los actos de autobombo. Y, después, se pide el permiso de navegación aérea. Si llegan los aviones, bien. Si no, pues ya tienen los castellonenses una pista de 2.700 metros para caminar.
Que el aeropuerto fue inaugurado sin más motores que los de los coches oficiales es verídico. Pero en previsión de que alguien dude, Fabra se explicó en el acto inaugural: "Hay quienes dicen que estamos locos al inaugurar un aeropuerto sin aviones, pero no han entendido nada", proclamó. Pausa y argumento: "Durante el próximo mes y medio cualquier ciudadano que lo desee podrá visitar la terminal o caminar por las pistas de aterrizaje, algo que no podrían hacer si fueran a despegar o aterrizar aviones".
Desde luego, pasear entre alas y hélices cuesta. Y, además, si el presidente provincial del PP en Castellón ha podido saltar con pértiga sobre tres graves imputaciones durante siete años y medio y sortear a nueve jueces y cuatro fiscales, por qué no va ahora a esquivar la ausencia de aviones.
Sobre todo, retirado de la política. De momento, el 25 de marzo Fabra logró una nutrida claque para su despedida: alrededor de 5.000 de los 604.000 castellonenses acudieron a la inauguración en autobuses pagados por sus ayuntamientos. Y tomaron la pista para dejar contento a Don Carlos con su idea de menos aviones y más paseos.
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