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El anillo de la NFL que ¿robó Putin?

En 2005 el presidente ruso se quedó con la joya que le había enseñado el dueño de los New England Patriot. Ahora, Robert Kraft desmiente que fuera un regalo

J. Y.

Las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia siguen sin pasar por su mejor momento. A las diferencias sobre el conflicto en Siria escenificadas en la reciente cumbre del G8 o las acusaciones de ciberespionaje puede añadirse un rocambolesco episodio digno de una película sobre la CIA y que tiene como protagonistas al presidente ruso, Vladimir Putin, y a Robert Kraft, el multimillonario dueño de los New England Patriots de la NFL. 

Todo se remonta a junio de 2005 cuando Kraft acudió a un encuentro de líderes empresariales y políticos en el palacio de Konstantinovsky, cerca de San Petersburgo. El magnate saludó a Vladimir Putin y hablaron durante unos instantes. Entonces, Kraft, orgulloso del título obtenido por su equipo en la SuperBowl ante los Philadelphia Eagles, enseñó a Putin el anillo de campeón. Una pieza incrustada en diamantes y valorado en más de 18.000 euros.  Entonces, Putin cogió el anillo, lo observó y sin titubear se lo guardó en el bolsillo.

Entonces, Kraft aseguró que, al ver la cara de felicidad de Putin, 'decidí darle el anillo como símbolo del respeto y la admiración que tengo por el pueblo ruso y el liderazgo del presidente Putin'.  Sin embargo, ocho años después, lo que parecía haber sido un cortés regalo parece haberse convertido en un robo en toda regla del mandatario ruso. Y es que según publica The New York Post, Kraft ofreció una nueva versión del encuentro hace unos días en una entrega de premios en Manhattan.

Un portavoz del Kremlin: 'Yo estaba a 20 centímetros de él y del señor Putin y vi y escuché cómo el señor Kraft le dio el anillo como regalo'Según la nueva versión de Kraft, al mostrarle el anillo a Putin éste llego a decir: 'Yo puedo matar a alguien con este anillo' y entonces 'lo puso en su bolsillo, tres guardaespaldas de la KGB le rodearon y se fue'.  Tras estas nuevas revelaciones, el Kremlin ha tardado poco en salir a desmentir tal extremo. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, aseguró el domingo desde Londres en un encuentro con el primer ministro briánico, David Cameron previo a la cumbre del G8, que 'lo que cuenta ahora el señor Kraft es extraño' y propuso al empresario estadounidense que debería acudir a ver a un psicoanalista. 'Yo estaba a 20 centímetros de él y del señor Putin y vi y escuché cómo el señor Kraft le dio el anillo como regalo', sostiene Peskov, que explicó que Putin estaba dispuesto a enviarle a Kraft como regalo otro anillo pagado de su propio bolsillo.

 

Pero Kraft insiste en su versión e, incluso, asegura que recibió una llamada del entonces presidente George W. Bush para que dejara de remover la historia. La versión del regalo siempre sería mucho más conveniente para el interés de las relaciones entre ambas potencias.  Pero Kraft le respondió a Bush diciéndole: 'Yo tenía un vínculo emocional con el anillo, tiene mi nombre en él. No quiero verlo en eBay'. Entonces, hubo un silencio en el otro extremo de la línea y la voz repitió: 'Realmente lo mejor sería que hicieras ver que le diste el anillo como un regalo'.

Pero el revuelo ha sido tal que hasta el propio equipo de los Patriots ha tenido que emitir un comunicado para intentar aclarar el embrollo. 'Es una historia anecdótica que Robert le gusta contar para echarse unas risas. Le encanta que el anillo esté en el Kremlin, y como declaró en 2005, sigue teniendo un gran respeto por Rusia y por el liderazgo de Putin, al que atribuye la modernización de la economía rusa'.

El anillo de la discordia está guardado a día de hoy en la biblioteca del Kremlin pero, aunque no deja de ser una anécdota, su detectivesca historia ha llegado hasta la Casa Blanca y amenaza con seguir trayendo cola en los próximos días. 

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